Cadillacs y hermanos: la banda celebró sus 40 en La Plata haciendo gala de su conexión espiritual
Edición Impresa | 15 de Septiembre de 2025 | 03:46

¿Por qué las viejas bandas siguen cantando? Todos tienen una explicación sobre el fenómeno de los rockeros que peinan canas, usan bastón y siguen bailando: que la música actual no alcanza para saciar al público, que el público de 40 y más pirulos sigue viviendo la adolescencia, que los músicos del rock que pasaron los 27 no saben cuándo retirarse... Todas presuponen que hay algo negativo en esta longevidad: los Cadillacs mostraron el sábado en La Plata, sin embargo, otro argumento, uno positivo, feliz. En el Hipódromo, a 40 años de su nacimiento, los Fabulosos Cadillacs mostraron que ellos, al menos, siguen tocando porque se quieren, quieren a la música y disfrutan de ese encuentro entre amigos y guitarras.
La noche, con gotones de lluvia y amenaza de rayos, no acompañó, pero el público sí dijo presente en una de las pocas fechas en Argentina de este nuevo tour de los Cadillacs: a fin de año tocarán en Ferro, pero mientras tanto todos sus shows son en distintos países de América. La parada en la Ciudad era especial, y así se sintió. Es cierto, el público, también, ya peina canas, aunque aparecen algunos chicos, y el cordón de los que hacen pogo y se entusiasman y arden ante la primera nota de cada canción es más pequeño; pero detrás de ellos, miles de platenses se reunieron a recordar por qué es tan especial la música de los Cadillacs.
Y lo que la hace especial no es la nostalgia: Vicentico, Flavio y compañía mostraron que una de las razones del suceso del León del Ritmo es lo bien que suenan. Y si por algo se mira con tanto soslayo la longevidad de las bandas es porque dejan de sonar bien, pero lo de los Cadillacs es en ese sentido asombroso: la energía, la conexión, esa hermandad que se traduce en la música y contagia, sigue intacta, lo cual es asombroso si se consideran los problemas de salud de Vicentico, y la lesión de Flavio, que casi lo baja del bajo. Aquella lesión llevó a la banda a tomar una decisión que hoy asoma clave para que quieran continuar siempre viéndose las caras y girando: subieron a la familia a bordo de la banda.
La otra razón, la principal razón del éxito sostenido de los Cadillacs es su increíble catálogo de canciones: en La Plata sonaron “Manuel Santillán, El León”, “Demasiada Presión”, “Calaveras y diablitos”, un set de 10 minutos alrededor de “Los condenaditos” que incluyó una versión preciosa de “La última curda”, “Siguiendo la luna”, y las del cierre, “Malbicho”, “Matador”, “Yo no me sentaría en tu mesa”. Y podrían haber sumado decenas de canciones más al festejo.
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