Radici: el nuevo restaurante de raíces italianas en La Plata

Por CECILIA FAMA

El próximo martes 23 de septiembre abrirá sus puertas Radici, un restaurante que busca reconectar con los sabores de la memoria y las tradiciones italianas. Carpaccios, berenjenas a la parmigiana, alcauciles frescos, pescados y quesos de la región serán algunos de los protagonistas de una carta abundante, pensada para compartir.

Radici -que en italiano significa “raíces”- nace como un homenaje a las recetas heredadas, a esas manos que transmiten sabores de generación en generación y que hoy vuelven a cobrar vida en una mesa nueva. “En sus manos no hay solo sabores, hay memoria”, sostienen sus creadores, quienes plantean la cocina como un puente entre el pasado y el presente.

El proyecto está liderado por los chefs Fernando Mirco y Claudio Garbarino junto a la docente Paula Fanelli, que aportó su impronta en la concepción del nuevo espacio. El restaurante cuenta además con una huerta propia y un sector de juegos para chicos, pensado para que toda la familia pueda disfrutar. El patio, intervenido con un mural y obras de Sabrina Sánchez, completa la ambientación.

En Radici, las nonas son las verdaderas protagonistas. Rosa, Nilda y María -abuelas de Paula, Fernando y Claudio- no sólo transmitieron recetas: pusieron la mesa, cuidaron la huerta, amasaron con paciencia y sirvieron platos que alimentaban tanto el cuerpo como la memoria. Hoy, sus nietos recogen ese legado y lo transforman en una nueva mesa que se abre en La Plata, donde cada risotto, cada salsa de tomate o cada berenjena a la parmigiana lleva algo de aquella enseñanza.

Los chefs de Chaucha y Palito, embajadores permanentes de los productos locales desde su restaurante por pasos, dan aquí un paso más: invitan a compartir una cocina generosa, pensada para toda la familia, en un formato más amplio y a la carta, que sigue teniendo el mismo espíritu de siempre: el de cocinar rico, con respeto por el alimento y por quienes lo disfrutan.

LA MESA ESTÁ CASI SERVIDA

La propuesta gastronómica de Radici tiene como ejes la tradición italiana y el respeto por el producto: carpaccios, salsas de tomate con cocciones largas, berenjenas a la parmigiana, alcauciles frescos, pescados, quesos y platos que celebran la estacionalidad. Una cocina de familia, abundante y generosa, que invita a servir y volver a servir.

En esa búsqueda, cada uno de los hacedores de este espacio trajo sus recuerdos a la mesa. Paula Fanelli honra a su abuela Rosa, que tenía huerta y gallinas, y cocinaba siempre con lo que daba la tierra. De allí surge la idea de transmitir una cocina que sea también un homenaje a esos orígenes y que el lugar cuente con una pequeña huerta en el patio, sobre todo para que “los chicos vean de dónde vienen los vegetales que comemos”.

Fernando Mirco, por su parte, recuerda los risottos que preparaba desde chico “con lo que hubiera”, desde salchichas hasta verduras. Hoy los risottos de Radici se hacen con productos de primera calidad, pero mantienen ese espíritu hogareño. También revive las albóndigas y los canelones de su abuela Nilda —inolvidable para él, al igual que verla desayunar morcilla con mate cada mañana— y los niños envueltos de su infancia.

Para Claudio Garbarino los sabores memorables de la cocina de su abuela María son milanesas de berenjena, las berenjenas a la parmigiana y los pescados gratinados que también estarán presentes en la carta.

Las salsas, un sello de la casa, se preparan con tomates frescos de la región, en particular variedades como el platense y el San Marzano, cosechados en quintas del frutihortícola local. La carta tiene además un diferencial: muchos platos podrán pedirse en tres formatos -platito, plato grande o fuente-, lo que refuerza la idea de compartir.

Entre las entradas y principales se destacan las croquetas de fideos con espuma de Patagonzola, la lasagna bolognesa gratinada con Taleggio, los tortellini rellenos de calabaza y pecorino, los ñoquis de ricota con carbonara de hongos y el risotto alla milanese con azafrán y osobuco braseado. A ellos se suman la burrata con jamón reserva de Tandil y pesto, la milanesa de pollo a la napolitana y una polenta cremosa con taleggio y tempura de pollo al curry.

El capítulo dulce no se queda atrás: habrá panna cotta con frutos de temporada, affogato, tiramisú, tarantella, cannoli y helados con sabores de estación, una marca registrada que Radici hereda de Chaucha y Palito. En la panera, la focaccia será el emblema, pensada como complemento indispensable de la mesa italiana.

La experiencia se completa con una cuidada selección de vinos de bodegas como Catena Zapata, Zuccardi, Luigi Bosca y Rutini, además de espumantes ideales para brindar. Y como en toda mesa italiana, el aperitivo ocupa un lugar central: desde los clásicos Aperol Spritz, Negroni o Campari Tonic, hasta propuestas como el Cynar, el Sbagliato o el Vicenzo, que traen el ritual del vermut a la contemporaneidad.

El restaurante trabaja con productores de confianza -los mismos que acompañan a Chaucha y Palito- como Vuelta a la Tierra, Establecimiento Santa Rosa, Alcachofas Platenses, Tomate Platense, La Encimera; los quesos de El Abascay, Alba Lana; y pescados y mariscos de Juan Pablo Prieto. El café es de Segafredo y los blends de té, de Nuestra Tierra.

Ubicado en calle 51 entre 22 y 23, Radici abrirá de martes a domingos, mediodía y noche, consolidando la apuesta gastronómica de City Bell y La Plata con un concepto de raíces auténticas, pero con mirada contemporánea.