Siguen las batallas en la campaña lanzada contra los “trapitos”

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Esta vez la batalla se libró en la zona de 1 y 60. Empezó como una violenta pelea entre trapitos por causas relacionadas al manejo de los espacios para que estacionen los automovilistas y la batahola se agravó. Ocurrió que al llegar los efectivos de Seguridad , llamados desde el 911 por los vecinos, los trapitos se pusieron más agresivos y golpearon a un efectivo policial.

Ante la creciente tensión se registraba en ese lugar, en un episodio ocurrido hace pocas jornadas, se activaron varios móviles más para controlar la situación y evitar que la violencia se desbordara aún más. Finalmente, los responsables de la agresión fueron detenidos y trasladados a la comisaría Novena.

Como se sabe, la mayoría de los trapitos actúa en espacios ya restringidos por el estacionamiento medido dispuesto por la Comuna, de modo que lo que aplican es una suerte de doble imposición en perjuicio de los conductores. En el caso de los recitales o partidos de fútbol, la “tarifa” que reclaman suele ser altísima.

Cabe señalar que a principios de agosto pasado, fue anunciado un operativo por la Municipalidad local contra los trapitos, como punto de inicio para una campaña que apunta a su erradicación definitiva de las calles de la Ciudad.

Se dijo entonces que esa campaña lanzada en común por integrantes de la secretaría de Seguridad, la Comisaría Primera y el organismo de Control Urbano, para restaurar el orden en el espacio público de la Ciudad, respondía no sólo a que se cumpliera con las leyes vigentes, sino también a salir en defensa de muchos automovilistas que, en la práctica, se ven extorsionados para brindar una “ayuda” dineraria.

En caso de no hacerlo, como se sabe, al volver a sus vehículos los conductores suelen toparse consecuencias negativas para sus automóviles, tales como rayaduras en la carrocería, neumáticos desinflados u otros daños.

También se dijo entonces –y vale repetirlo- que estos operativos no debieran verse como ataques a personas que se encuentran en precaria situación económica y que necesitan obtener recursos para subsistir, sino como una acción necesaria que se despliega contra una organización ilícita que se dedica en nuestra ciudad a explotar el espacio público en provecho propio.

Se sabe que las reyertas entre trapitos con facas u otras armas por el dominio de “territorios” –habitualmente ubicados en la zona céntrica- que suelen terminar con heridos graves, se propagan también en toda clase de amenazas y coacciones hacia los automovilistas, a los comerciantes y también a los vecinos, que reclaman por estas presencias y la sucesión de incidentes en las cuadras donde viven.

En La Plata la ordenanza municipal 9127 prohíbe el desempeño de cuidadores callejeros de autos de cualquier modalidad. De modo que lo único que corresponde esperar es que las autoridades hagan cumplir la ley vigente. .

 

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