Decime qué se "siete": la particular apuesta de intendentes peronistas bonaerenses para ganar en octubre
| 22 de Septiembre de 2025 | 10:37

Un grupo de intendentes peronistas del conurbano bonaerense decidió alinearse con la estrategia política que tuvo su primera prueba el pasado 7 de septiembre, en el denominado “7 de De Paul”, y que busca proyectarse hacia octubre con mayor despliegue territorial y una bandera electoral concreta: la Boleta Única de Papel. La movida, que cuenta con el aval del gobernador Axel Kicillof, apunta a consolidar el trabajo de los jefes comunales en sus distritos, reforzar la movilización barrial y darle un nuevo impulso al oficialismo en la previa de los comicios.
Los intendentes no solo apuestan a capitalizar lo simbólico de aquella jornada, sino también a sostener una estructura que les permita llegar a los votantes con mayor presencia institucional y logística. En ese marco, la participación de remises dentro del operativo electoral aparece como un detalle novedoso para garantizar llegada a los barrios más alejados y asegurar la movilización de militancia y vecinos en un escenario donde la territorialidad vuelve a ser central.
La Boleta Única de Papel emerge como un elemento clave de la estrategia: un proyecto de reforma electoral que los intendentes intentan instalar como propuesta de modernización y transparencia, al tiempo que se presenta como un mensaje político hacia adentro y hacia afuera del peronismo. La idea de terminar con el “arrastre” de listas busca mostrarse como un gesto de apertura frente a críticas opositoras, pero también como un modo de aggiornar la imagen del oficialismo bonaerense en un contexto de disputas internas.
La apuesta, sin embargo, genera tensiones en el kirchnerismo más duro, donde persisten dudas sobre si la estrategia alcanzará para contrarrestar los efectos del desdoblamiento electoral y si el poder de movilización del “7 de De Paul” podrá sostenerse hasta octubre. En algunos sectores también se advierte recelo por el uso intensivo de recursos municipales en la campaña, lo que refleja el delicado equilibrio entre la necesidad de garantizar presencia territorial y el riesgo de exponer vulnerabilidades.
De cara a las próximas elecciones, lo que está en juego para el peronismo bonaerense no es solo la disputa de poder en la provincia más importante del país, sino también la posibilidad de reafirmar credibilidad en el plano electoral, sostener la unidad interna y demostrar que la maquinaria territorial de los intendentes sigue siendo un factor decisivo en la política argentina.
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