El Centro entre tarifas, aprietes y disputas territoriales de trapitos

En varios puntos hay temor entre comerciantes y automovilistas por hechos de violencia que hasta llegan a los locales

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En varias zonas del centro de la Ciudad, a la cuestión de los trapitos ya la abordan con resignación: sólo pueden esperar que les toque alguno de los considerados “pacíficos”. Mientras, se siguen sucediendo los episodios de violencia entre los propios cuidacoches, con automovilistas que reaccionan a los aprietes o en algunos comercios que también reciben “visitas”.

Según los testimonios que recogió este diario, en los últimos meses sucedieron varios episodios de extrema tensión con inspectores del Municipio y efectivos de la Policía.

Por estos días, quien va a estacionar, por ejemplo en la zona de 5 y 50 recibirá el pedido de entre 2.000 y 3.000 pesos.

Todavía está fresco en Barrio Hipódromo, el recuerdo de las corridas y piedrazos, con vecinos en medio de una pelea en 116 y 41. Fue en vacaciones de invierno y el 7 de agosto, aconteció un operativo anti “trapito” con 20 arrestos, luego de que se negaran a retirarse de la vereda en 53 entre 9 y 10. Más acá, la semana pasada, se registró una pelea ente trapitos por el control de los espacios de estacionamiento en 1 y 60. Fue el segundo capítulo de una pelea ocurrida tres días antes en la misma dirección. Los vecinos llamaron al 911 y la presencia de la policía despertó aún más la agresividad de los trapitos.

Mientras este diario escuchaba a comerciantes y automovilistas, ayer a media tarde un operativo de Guardia de prevención urbana, retiraba de 5 y 51 a “Julio” según lo identificaron varios comercios de la cuadra. “Los sacamos todos los días y siempre vuelven”, explicó un guardia.

Ante el clima de inseguridad y miedo que se viven en el área, la guardia alertó que antenoche “dos trapitos se robaron una bicicleta” y que el martes de la semana pasada “intentaron robar una moto y la dejaron tirada”.

En esta línea, un comerciante alertó que trabaja en alerta por qué le entraron a robar los trapitos de la cuadra varias veces, primero pidiendo comida y después exigiéndole. “Se meten a pedir y te hostigan, vienen casi todos los días, nos quisieron robar, piden chocolates y plata”, lamentó.

Otra empleada de comercio (de un local de zapatillas), contó a este diario que sufre “acoso callejero” de los trapitos cuando emprende la vuelta a casa. La tienen que escoltar sus compañeros hasta una zona que esté fuera de riesgo.

Mientras un trapito metía presión a un automovilista, una conductora que presenció la situación le dijo a este diario que “uno da lo que puede, me da miedo que le haga algo al auto”.

La ordenanza municipal 9.127 del año 2000 prohibe en la ciudad de La Plata, la actividad de cuidadores en la vía pública, regentado o gratuito en todas sus formas: cuidador de autos, cuidacoches, ayudantes, estacionadores o lavacoches.

De eso, nada en 1 y 60, 53 y 5, 51 entre 4 y 5, 51 entre 1 y 2, 50 entre 9 y 10, 50 entre 5 y 6, 50 y 4, 49 entre 6 y diagonal 80, 49 entre 4 y 5, 6 entre 48 y 49, 47 y 6, entre otros puntos.

La esquina de 8 y 45, otro punto “caliente” en estos últimos días no estuvo habitada por trapitos, lo que llamó la atención a vecinos que transitan la zona.

“Soy un trapito pero no me creo un trapito, soy una persona”, afirmó Brian, de 28 años, en la zona comercial junto a la Gobernación. “Trabajo de esto, como de esto y hago las cosas bien”, intenta convencer. Contó un pasado difícil con las adicciones desde chico, que lo lleva a un presente sin trabajo formal. Se ve atado a las batallas callejeras por “ganarse la calle” y ocupar una cuadra.

De todo eso, le quedaron dos cicatrices por puñaladas y un corte profundo en la cabeza.

Actualmente, busca un trabajo formal y espera que un comercio lo acepte. Mientras tanto, busca “ganar la confianza” pidiendo plata a quienes estacionan.

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