Suma evidencias el agudo retroceso de la escuela pública
Edición Impresa | 26 de Septiembre de 2025 | 01:22

Sólo uno de cada 10 alumnos que termina la escuela secundaria en tiempo y forma; alto nivel de repitencia, declinación en el conocimiento de materias esenciales como matemática y lengua, caída en la comprensión de textos y cada vez mayores niveles de deserción, entre otros indicadores críticos, marcan un agudo retroceso en el rendimiento de los estudiantes que cursan en los colegios públicos en el nivel primario y secundario de nuestro país.
Se sabe que en las últimas décadas y a un promedio de cinco o seis informes similares cada doce meses -originados en entidades cuya solvencia resulta indiscutible- se viene marcando la decadencia funcional de un área que es esencial para el desarrollo de cualquier país. En los últimos diez años el nivel de deserción escolar creció un 40 por ciento.
El texto del informe producido por el Observatorio Argentino por la Educación entrega una radiografía preocupante sobre la eficacia de la enseñanza pública en todo el territorio nacional, condicionada por factores negativos nunca antes vistos.
Allí se señala, por ejemplo, que “a nivel nacional, sólo el 10 por ciento de estudiantes que comenzaron la primaria en 2013 lograron llegar al final de la secundaria en 2024 en tiempo y forma, es decir, sin repetir ni abandonar y con conocimientos satisfactorios de Lengua y Matemática”.
En nuestra ciudad, la opinión de los docentes sobre los resultados del informe osciló entre aludir a la incidencia de la crisis económica y a la necesidad de resignificar el sistema educativo.
Distintos educadores alzaron voces de alerta sobre tales datos. Este diario reprodujo ayer esos testimonios de los especialistas, uno de los cuales dice que “si no revertimos esta tendencia, la Argentina hipotecará su futuro. Hay una luz de esperanza con el nuevo programa de alfabetización que comienza a implementarse. Pero necesitamos que toda la sociedad se involucre activamente en esta causa”.
En nuestra ciudad, la opinión de los docentes sobre los resultados del informe osciló entre aludir a la incidencia de la crisis económica y a la necesidad de resignificar el sistema educativo.
Es cierto, como dijo un educador en su testimonio a este diario, la sociedad debe involucrarse. Sobre todo porque los informes que se acumularon los últimos años fueron reveladores de una decadencia objetiva cercana al colapso.
Sin embargo, tales referencias no logran que la clase dirigente argentina, salvo algunas excepciones, cobre conciencia del fenómeno. Algunos responsables de las áreas educativas siguen relativizando datos basados en parámetros internacionales, en donde los alumnos argentinos aparecen cada día más relegados. Es más, en ocasiones se llegó a hablar de un inexplicable silencio, de una suerte “de eso no se habla”, mientras que muchos hijos de funcionarios y dirigentes que cuestionan o relativizan estos informes son enviados a la escuela privada, en base a una tendencia que fue creciendo año tras año, pero que ahora la situación económica estabilizó.
Se ha llegado a una situación de la que no será fácil emerger, en especial si siguen perdurando criterios demagógicos y permisivos que nada tienen que ver con una auténtica educación escolar. El deterioro integral del sistema educativo reconoce variables tan diversas como complejas.
Pero es necesario que, paso a paso, se inicie un proceso de recuperación con la premisa básica de alcanzar niveles aceptables de calidad. De lo contrario, la Argentina continuará retrocediendo cada día más.
La decadencia de la educación pública es un lujo que ningún país puede permitirse. Sus consecuencias son devastadoras y de largo alcance. Una población con formación deficiente es más vulnerable a la desinformación y menos capaz de participar activamente en la vida democrática.
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