Recomiendan “usarlos cuando son realmente necesarios”

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El consumo de ansiolíticos y psicofármacos crece de manera sostenida en la Argentina y en el mundo, y según el doctor Héctor Sainz, presidente de la Caja de Previsión y Seguro Médico de la Provincia de Buenos Aires, “no puede atribuirse solo a una razón, sino a varias causas, algunas de las cuales se potencian entre sí”. Explicó que el envejecimiento poblacional genera un aumento de enfermedades crónicas, neurológicas y cognitivas que requieren tratamientos más prolongados. También sostuvo que “el estilo de vida actual, con mayor carga de estrés, inestabilidad laboral y exigencias crecientes, incrementa el uso de ansiolíticos y antidepresivos”. A esto se suma la visibilidad de la salud mental, que dejó de ser un tabú y favorece el recurso a terapias médicas, mientras que la búsqueda de un “alivio rápido” lleva a abandonar tratamientos psicológicos. Sainz advirtió que “la automedicación y el acceso a psicofármacos sin la prescripción adecuada incrementan el consumo”, potenciado por la cobertura de salud, la publicidad y la información. Señaló además que la pandemia fue un quiebre, ya que “las cuarentenas, el aislamiento y la pérdida de fuentes laborales se convirtieron en un acelerante de todos los fenómenos explicados con anterioridad”. Entre las soluciones, pidió facilitar el acceso a la psicoterapia, promover hábitos saludables, capacitar a los médicos con menor influencia de la industria y aplicar controles más estrictos en la venta. “Reducir el consumo no significa negar su utilidad, sino usarlos cuando son realmente necesarios”, concluyó.

 

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