Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

Sin códigos carcelarios

7 de Abril de 2000 | 00:00
Algunos testigos lo describieron como "una caza de brujas", otros como "un ajuste entre bandas antagónicas", pero la mayoría coincidió a la hora de sacar una conclusión que en Sierra Chica "se violaron todos los códigos carcelarios".
Lo que comenzó con un intento de fuga seguido de un levantamiento contra las autoridades penitenciarias, derivó en una matanza entre los propios presos, que terminó con ocho muertos, siete de ellos descuartizados e incinerados adentro del penal.

Y lo que las autoridades interpretaron en un principio como un pedido común para comenzar a negociar con los presos, se transformó en un grave precedente: por primera vez un magistrado fue tomado como rehén cuando entró a una cárcel para escuchar reclamos.
La jueza penal de Azul María Mercedes Malere fue una víctima más del motín y estuvo cautiva en el penal hasta que finalizó la revuelta de Semana Santa de 1996.
Para ese momento, el motín se Sierra Chica se había tornado incontrolable. Ni las autoridades que seguían los sucesos desde afuera ni los presos que rechazaban lo que ocurría adentro pudieron detener la marcha de los acontecimientos.
Agapito Lencina Aquino, alias "Gapo", fue asesinado a "facazos" luego de ser baleado. Era un hombre que había pasado más de la mitad de su vida preso y que lideraba una "ranchada" conocida como "la banda de los guachos".
"Agapito tenía palabra y logró que durante un motín en Olmos los presos me entregaran el hospital que había sido tomado", dijo al tribunal el director del Servicio Penitenciario bonaerense Julio Barroso.
Con esa frase, el funcionario confirmó de alguna manera lo que muchos presos deslizaron durante el "telejuicio": que Lencina era un "buchón" del servicio y eso en la cárcel no se perdona.
Lencina conocía de otros penales a varios de los "Doce Apóstoles" y al menos con uno de ellos, Víctor Esquivel Barrionuevo, había tenido problemas.
Es que "Gapo" se negaba a "prenderse" en las fugas y cuando había motines daba apoyo a las autoridades. Además, "era un arruina pibes, les robaba y los violaba", según relataron algunos testigos.
Dos días antes de la revuelta de Sierra Chica muchos presos presenciaron cuando Lencina se daba un beso con el apóstol Marcelo Brandán Juárez.
Quienes interpretaron el gesto, aseguraron que con ese acto quedó sellado un pacto: Agapito no iba a frustrar un intento de fuga, pero tampoco apoyaría un motín.
"Cuando llegamos a la cárcel intentamos contactarnos con Agapito. Era como una jugada de poker, era sólo mirarlo y él ya sabía que esperábamos una respuesta para que nos ayudara", recordó el director penitenciario.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$670/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$515/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$515.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4065.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla