Nito Artaza: entre el teatro y la política
El cómico deja los escenarios para dedicarse a la producción de espectáculos y a su "verdadera vocación" como dirigente político
| 15 de Septiembre de 2003 | 00:00

Para Nito Artaza, poner fin a su carrera actoral para dedicarse a la política y a la producción de espectáculos, paso que daría en el próximo verano, es algo más que un cambio de actividad, es asumir un mandato y, sobre todo, reconocer una vocación que hasta ahora había postergado e incluso negado.
Al entrar a su oficina, en el barrio de Palermo, puede leerse una declaración de principios en la que jura como correntino "aguantar lo que venga con entereza..., tener coraje para vivir de acuerdo a mis convicciones..., ser útil y agradable y si es posible, bueno..., gritar mi dolor cuando duela y mi alegría cuando cante...".
"En ese cachito de dolor que a veces se instala -confesó Artaza- ahora se incluye el divorcio artístico con Miguel Angel Cherutti, con quien compartí el escenario durante nueve años, en pleno auge de mi carrera".
"Pero por otro lado -agregó-, yo creo que de las cosas dolorosas salen las cosas creativas".
En estas palabras emerge la fortaleza materna que en varias oportunidades el humorista resaltó.
"Mi madre me enseñó a sonreir en los peores momentos. Le ha tocado vivir épocas muy duras y siempre la he visto salir adelante. Siempre pensó que las grandes tragedias tienen una manera sombría de arreglar las cosas. Yo no sé si, ante las dificultades, yo tendría su espíritu para renacer de las cenizas y seguir luchando", expresó con admiración.
LOS HEREDEROS
Ante la separación del rubro artístico, Artaza se replantea su vida desde otro ángulo.
"Llegó la hora de dejar un legado y dar la oportunidad a gente joven para que nos releve", aseguró. Y entre los primeros herederos figuran los nombres de Juan Acosta y Rafael Zini, que ya se han incorporado al elenco de "Robó, huyó y lo pescaron" hasta fines de octubre, cuando esa pieza bajará definitivamente de cartel.
"El próximo espectáculo, en el verano de Mar del Plata, marcará el final de mi carrera actoral, aunque seguiré ligado al teatro desde la producción, pero todas mis energías las voy a volcar en la política", aseguró Artaza.
"Este es un momento bisagra en mi vida -declaró-, un momento que marca un cambio total en mi vida pública con mi decisión de volcarme a la política, tal vez cumpliendo un viejo mandato de mi padre. Pero no sólo por eso: por fin comprendí que ser actor es mi profesión pero mi vocación es política y no quiero dejarla pasar, no quiero escaparle al destino".
"En mi familia -contó- se ha hablado toda la vida de política. Daniel Leandro Artaza, el tío de mi padre, fue capitán en la guerra del Paraguay y asistió a Dominguito Sarmiento en sus últimos momentos en la batalla de Curupaytí. Mi familia conserva aún una carta de agradecimiento de Sarmiento".
"En todas las luchas correntinas han estado mis parientes -agregó- y mi padre era un político de sangre, caudillo de pueblo. Recuerdo que el golpe militar del 24 de marzo del '76 lo puso muy triste y falleció poco después, el 21 de abril".
Sin embargo, Artaza no siente que su decisión sea algo sorpresiva. Considera que la crisis afectó a todas las clases sociales, y mientras algunos deciden participar, otros se resignan a ser meros espectadores. "Yo decido participar -acotó-, porque ni personalidad no da para quedarme con los brazos cruzados".
"En realidad -reflexionó el humorista-, nunca fui ajeno a la política porque siempre me reí de los dirigentes e hice un humor muy vinculado a la realidad del país. Quizá lo hacía por cierta rebeldía adolescente, y al reirme de los políticos me estaba también riendo un poco de mi papá y ahora, que ellos no están, me tengo que reir de mí mismo".
"Antes pedía que se vayan todos y ahora que no nos dejen afuera", bromeó. "Hablando en serio -agregó-: si criticamos a los que están pero no hacemos nada para cambiarlo, ni siquiera tenemos derecho a criticarlos".
Sin olvidar el perfil irónico del humor que derrochó en la escena, sintetizó su posición entre risas: "Yo recuperé la revista cuando estaba muerta, recuperé el 80% de los ahorros de la gente y ahora me propongo recuperar el radicalismo, aunque eso va a ser más difícil que recuperar los ahorros".
El actor sostiene que su cambio de actitud no fue repentino ni se explica por razones meramente económicas: "Primero, con el corralito, lesionaron el artículo 14 de la Constitución; después, con la Ley de Emergencia, cambiaron la esencia de la moneda. Pero me quedé tranquilo porque tenía un contrato con el City Bank y el Boston Bank".
"Ya no me reía pero tenía un contrato, la Constitución Nacional, que me protegía, y la Ley de Intangibilidad -subrayó-. Sin embargo anularon todo eso e inventaron una 'ley tapón' para detener la justicia. Entonces dije no, tanta impotencia junta no. Eso hizo que yo saliera y despertó mi vocación política, que tenía adormecida".
Conciente de la imposibilidad de entregarse a dos actividades absorbentes que exigen todas sus energías, Artaza planteó finalmente que abandonará el escenario con cierto pesar y que seguirá produciendo espectáculos, pero "no voy a rehuirle a mi vocación".
Al entrar a su oficina, en el barrio de Palermo, puede leerse una declaración de principios en la que jura como correntino "aguantar lo que venga con entereza..., tener coraje para vivir de acuerdo a mis convicciones..., ser útil y agradable y si es posible, bueno..., gritar mi dolor cuando duela y mi alegría cuando cante...".
"En ese cachito de dolor que a veces se instala -confesó Artaza- ahora se incluye el divorcio artístico con Miguel Angel Cherutti, con quien compartí el escenario durante nueve años, en pleno auge de mi carrera".
"Pero por otro lado -agregó-, yo creo que de las cosas dolorosas salen las cosas creativas".
En estas palabras emerge la fortaleza materna que en varias oportunidades el humorista resaltó.
"Mi madre me enseñó a sonreir en los peores momentos. Le ha tocado vivir épocas muy duras y siempre la he visto salir adelante. Siempre pensó que las grandes tragedias tienen una manera sombría de arreglar las cosas. Yo no sé si, ante las dificultades, yo tendría su espíritu para renacer de las cenizas y seguir luchando", expresó con admiración.
LOS HEREDEROS
Ante la separación del rubro artístico, Artaza se replantea su vida desde otro ángulo.
"Llegó la hora de dejar un legado y dar la oportunidad a gente joven para que nos releve", aseguró. Y entre los primeros herederos figuran los nombres de Juan Acosta y Rafael Zini, que ya se han incorporado al elenco de "Robó, huyó y lo pescaron" hasta fines de octubre, cuando esa pieza bajará definitivamente de cartel.
"El próximo espectáculo, en el verano de Mar del Plata, marcará el final de mi carrera actoral, aunque seguiré ligado al teatro desde la producción, pero todas mis energías las voy a volcar en la política", aseguró Artaza.
"Este es un momento bisagra en mi vida -declaró-, un momento que marca un cambio total en mi vida pública con mi decisión de volcarme a la política, tal vez cumpliendo un viejo mandato de mi padre. Pero no sólo por eso: por fin comprendí que ser actor es mi profesión pero mi vocación es política y no quiero dejarla pasar, no quiero escaparle al destino".
"En mi familia -contó- se ha hablado toda la vida de política. Daniel Leandro Artaza, el tío de mi padre, fue capitán en la guerra del Paraguay y asistió a Dominguito Sarmiento en sus últimos momentos en la batalla de Curupaytí. Mi familia conserva aún una carta de agradecimiento de Sarmiento".
"En todas las luchas correntinas han estado mis parientes -agregó- y mi padre era un político de sangre, caudillo de pueblo. Recuerdo que el golpe militar del 24 de marzo del '76 lo puso muy triste y falleció poco después, el 21 de abril".
Sin embargo, Artaza no siente que su decisión sea algo sorpresiva. Considera que la crisis afectó a todas las clases sociales, y mientras algunos deciden participar, otros se resignan a ser meros espectadores. "Yo decido participar -acotó-, porque ni personalidad no da para quedarme con los brazos cruzados".
"En realidad -reflexionó el humorista-, nunca fui ajeno a la política porque siempre me reí de los dirigentes e hice un humor muy vinculado a la realidad del país. Quizá lo hacía por cierta rebeldía adolescente, y al reirme de los políticos me estaba también riendo un poco de mi papá y ahora, que ellos no están, me tengo que reir de mí mismo".
"Antes pedía que se vayan todos y ahora que no nos dejen afuera", bromeó. "Hablando en serio -agregó-: si criticamos a los que están pero no hacemos nada para cambiarlo, ni siquiera tenemos derecho a criticarlos".
Sin olvidar el perfil irónico del humor que derrochó en la escena, sintetizó su posición entre risas: "Yo recuperé la revista cuando estaba muerta, recuperé el 80% de los ahorros de la gente y ahora me propongo recuperar el radicalismo, aunque eso va a ser más difícil que recuperar los ahorros".
El actor sostiene que su cambio de actitud no fue repentino ni se explica por razones meramente económicas: "Primero, con el corralito, lesionaron el artículo 14 de la Constitución; después, con la Ley de Emergencia, cambiaron la esencia de la moneda. Pero me quedé tranquilo porque tenía un contrato con el City Bank y el Boston Bank".
"Ya no me reía pero tenía un contrato, la Constitución Nacional, que me protegía, y la Ley de Intangibilidad -subrayó-. Sin embargo anularon todo eso e inventaron una 'ley tapón' para detener la justicia. Entonces dije no, tanta impotencia junta no. Eso hizo que yo saliera y despertó mi vocación política, que tenía adormecida".
Conciente de la imposibilidad de entregarse a dos actividades absorbentes que exigen todas sus energías, Artaza planteó finalmente que abandonará el escenario con cierto pesar y que seguirá produciendo espectáculos, pero "no voy a rehuirle a mi vocación".
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