Ese equipo era una máquina

OPINION
Por ESTEBAN PEREZ FERNANDEZ (*)

El equipo del '95 era una máquina. Jugaba bien, atacaba, defendía, tenía unos forwards demoledores y unos backs que definían sin piedad ante rivales que nunca le encontraron la vuelta al temible maul del "tractor amarillo".

¿Por qué salió campeón La Plata?. Porque contó con un grupo de jugadores talentosos que estaba en su plenitud física y rugbística, juveniles que ya pintaban para figuras y que lo demostraron en la cancha, un goleador como Matías Zuccheri que resolvía los tiros a los palos con precisión quirúrgica, y al alma del equipo en las manos, los pies y la cabeza del Chino Angaut, el capitán.

Era un equipo duro, que tácticamente sabía siempre lo que quería, que supo resolver partidos muy chivos -como el que le ganó al CASI en la "bombonera" de Gonnet y que fue decisivo para el título- y que el día que le tocó gritar campeón le ganó a los nervios y la ansiedad para vapulear a un equipo como Olivos, al que le tocó jugar el papel de mediocre sparring midiendo fuerzas desiguales ante un boxeador seguro y contundente.

La Plata tuvo partidos memorables, peleados, cerrados y lujosos, pero siempre supo resolverlos con su rugby, el que le imponía a los rivales y que lo llevó a conseguir el único título que ostenta nuestra ciudad en la máxima categoría de este deporte.

La seguridad, unión y convencimiento fueron los rasgos distintivos de un grupo de jugadores que escribieron la página más brillante del rugby platense.

(*) Cubrió la campaña del campeón para EL DIA

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