19 de Enero de 2009 | 01:00
Forman parte de nuestra habla e inconscientemente las referimos de manera cotidiana sin recordar ni siquiera su origen. Pero a pesar de los años, muchas de ellas siguen estando vigentes y dando cuenta del humor y la picaresca que nos caracteriza como argentinos.
Las frases hechas de la televisión, ya sean de autor o anónimas, fueron impuestas durante más de cincuenta años y hoy conviven clásicas de las décadas del 60, 70, con muletillas del siglo XXI. Se trata de expresiones de músicos, políticos, deportistas, humoristas, actores o publicistas. Basta con algunas palabras, y un guiño a los saberes compartidos con el interlocutor, para evitar largos discursos o arrancar una sonrisa.
Diego Maradona, el Bambino Veira, Mirtha Legrand, Susana Giménez, Moria Casán, como personajes que encarnaron figuras de la talla de Alberto Olmedo, Guillermo Francella, Juan Carlos Altavista, Carlitos Balá y hasta referentes del humor más desopilante como Alfredo Casero, Fabio Alberti o Diego Capusotto, han sido los creadores de varias de las frases que hoy incorporamos en nuestros diálogos.
Clásico de clásicos
“Se ha formado una pareja” y “hay que besarse más”, fueron las frases acuñadas por Roberto Galán en su clásico Yo Me Quiero Casar... y Usted?, y que siguen siendo tan utilizadas por quienes supieron ser televidentes del programa como por los más jóvenes que también suelen rendirle homenaje al “Te quierooooooooo”, de Guillermo Francella, autor además de las populares “Es una nena” o “A comerla”, que se han convertido en ringtones de celulares.
Mirtha Legrand es una gran hacedora de frases. Sus legendarios almuerzos le sirvieron para imponer dichos como “si la cámara me acompaña”, hasta “lo digo o no lo digo”, por la que fue varias veces satirizada; “una vueltita”, para mostrar su vestimenta; o aquel odioso “Carajo mier...” del que seguramente se arrepintió, pero que con el tiempo supo tomar con humor.
Son muchas las frases de la señora, que a medida que pasan los años inscribe otras tantas a su propio glosario. Es así que en los últimos años es común escucharla decir que su programa “trae suerte” o aconsejar a sus espectadores a cuidar su imagen porque “como te ven bien te tratan y si te ven mal, te maltratan”.
“En diez segundos, sin repetir y sin soplar”, sigue siendo tan utilizado como en los años en que Silvio Soldán solía repetirlo en cada Feliz Domingo, al igual que el “pasame la cinta, Gonzalito”, para corroborar la respuesta de los participantes.
Más allá del movimiento de cabeza al grito de “Shock”, Susana Giménez supo instalar el título de su programa Hola, Susana en los diálogos cotidianos de los argentinos; además de frases como “detrás de todo sólo hay una mujer”. Pero no todas fueron buenas para la actriz-conductora, ya que también es recordada por estar confundida durante sus entrevistas, como cuando le preguntó a una de sus invitadas si el dinosaurio en exposición al que se refería estaba... “¿vivo?”.
Susana también bautizó como “susanos” a sus colaboradores, todos sus invitados suelen ser “divinos” e impuso su “correcto”, en cada respuesta acertada de los participantes del juego El Imbatible. Algo similar al latiguillo de Jorge Fontana en Odol Pregunta, cuando a los jugadores por cada repuesta correcta les decía: “Con seguridad”.
Moria Casán también ha aportado varias frases y no se quedó en el recordado “si querés llorar, llorá”, sino que fue más allá y también popularizó su frase “se me quieren colgar de las tetas” para aludir quienes querían aprovechar su popularidad o en 2008 le dijo a Pancho Dotto “¿What pass, papi?” en ShowMatch y tuvo tanta trascendencia que dio origen al espectáculo teatral que actualmente protagoniza: What Pass, Carlos Paz?
Los programas costumbristas desde hace muchos años vienen instalando frases en los argentinos. Desde Los Campanelli y “no hay nada más lindo que la familia unida”, hasta Los Benvenuto con “lo primero es la familia”; Amigos Son Los Amigos con “es una lucha” o “fumá”; o “una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”, del mecánico viudo Héctor Panigassi en Gasoleros.
Y no falta oportunidad de recordar a Doña Petrona C. de Gandulfo, para quien todos los platillos que preparaba acompañada de su inseparable Juanita eran “un puema”.
Los reality shows también instalaron sus muletillas y al “estás nominado/a”, como el sello de la exclusión de un grupo, se le suman “mis valientes”, con el que Soledad Silveyra se refería a los participantes de Gran Hermano, que recuerda al “mis matanceños” de Pinky, instantes después de una elección en la que se había presentado como candidata y que, en base a los cómputos iniciales, creía haber ganado. Al rato, con más mesas escrutadas, fue superada en los votos para la intendencia de La Matanza y los matanceños pasaron a ser de otros.
Los programas periodísticos no escaparon al fenómeno. Durante décadas, Bernardo Neustadt despidió a sus entrevistados con la frase “lo dejamos ahí”, la que sigue siendo utilizada sobre todo por muchos políticos frente a los micrófonos; apeló al “no me dejen solo” para retener a la audiencia de su programa Tiempo Nuevo y popularizó el cuestionable personaje imaginario “Doña Rosa”, si bien fue creado por el doctor Mario Socolinski.
Por aquellos mismos años, el recordado periodista Sergio Villarruel imponía un saludo con el nombre de su programa Buenas Noches, Argentina. Y aún hoy es recordado: “Nosotros les damos la información, ustedes la reciben, la analizan y sacan sus propias conclusiones” que solía decir el recordado José Gómez Fuentes mientras conducía el noticiero de ATC, 60 Minutos. También quedó en la memoria el “estamos ganando” durante la Guerra de Malvinas, que no fue de su uso exclusivo.
Para dar una idea sobre lo que sucede detrás de cámara y cuál es el clima de un canal de televisión, siempre se recurrió a la anónima muletilla “el tiempo es tirano en la TV” y para los grandes acontecimientos como recitales, notas exclusivas “un gran esfuerzo de producción".
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