Este Boca quiere volver a escribir aquella historia

Con varios nombres de aquella época, intentará nuevamente ganar todo

Por ALBERTO BALLESTERO

Con el regreso de Carlos Bianchi, el hincha empieza a soñar. Es imposible que la sola presencia del técnico más ganador de la historia, genere otro sentimiento, una expectativa distinta. Poco importa el rol que vaya a ocupar, si es el de Manager, como en este caso. El hincha viaja imaginariamente poco más de una década atrás, en donde empezó a escribirse esa maravillosa historia, con Bianchi como técnico y las comparaciones son inevitables. Más aún si se tiene en cuenta que el técnico con el que Boca obtuvo el Apertura y con el que va a encarar la Copa Libertadores, es alguien surgido del "riñón" del Virrey. Y además, hay que considerar que, a pesar del paso del tiempo, hay algunos "sobrevivientes" de aquel conjunto que en silencio, empezó a conseguir cosas y a hacer historia. Por eso, vale la pena trazar una comparación entre aquel equipo y este.

En primer término los dos grandes candidatos a ocupar el arco, son dos hombres que conocen muy bien de que se trata esto de cuidar los tres palos del arco del equipo de la Ribera. El colombiano Oscar Córdoba, con quien Bianchi ya se contactó, fue el arquero en aquel equipo que ganó todo en la primera etapa del Virrey como entrenador, entre mediados de 1998 y fines de 2001. Es más, todavía permanecen frescas en la retina las imágenes de Carlos Ischia, detrás del arco del Morumbí en donde se definió por penales la final ante el Palmeiras y luego, en la segunda etapa de Bianchi como entrenador, igualmente exitosa, fue el Pato Roberto Abbondanzieri, el arquero titular de ese equipo que, en el 2003, obtuvo La Libertadores, el Apertura y la Intercontinental.

En el fondo, se sigue respetando el dibujo táctico, aunque con algunos detalles en donde Ischia ya marcó su personalidad. Por un lado, está Hugo Benjamín Ibarra, un histórico, quien justamente arrancó en aquel 1998, su glorioso derrotero. El Negro, además de aportar su experiencia, en algunos partidos jugó más adelantado, como volante por derecha, cuando Ischia, durante tres partidos, decidió que se jugara con tres en el fondo y además, luce totalmente recuperado de su lesión. Con relación a los centrales, en aquel equipo Jorge Bermúdez era quien "salía a romper" y Walter Samuel era la salida. En este caso, ante la lesión de Gabriel Paletta, el entrenador apeló a la ductilidad del paraguayo Julio César Cáceres quien se manejó como primer central cuando estuvo acompañado por Juan Forlín y como segundo, cuando su compañero de zaga fue Facundo Roncaglia. Aquella defensa se completaba con Rodolfo Arruabarrena como lateral por izquierda, quien se proyectaba con velocidad y llegaba al gol. Basta recordar los dos tantos que convirtió en la primera final de la Libertadores del 2000. Hoy, por ese lugar, se desempeña Claudio Morel Rodríguez aunque sí, como se dice, es transferido, llegaría otro valor que fue integrante de aquel equipo que ganó todo en el retorno de Bianchi como entrenador: Clemente Rodríguez.

En la mitad de la cancha, parece estar el Talón de Aquiles de este equipo. Más concretamente, en el andarivel derecho. Por allí se desempeñó, en este Apertura, el colombiano Fabián Vargas, un volante central adaptado a esa función. En aquel equipo, era José Horacio Basualdo el encargado de ese sector. Un jugador con otras características y que muchas veces, aprovechando que en sus inicios había sido lateral, oficiaba como excelente cobertura de Hugo Ibarra, cuando éste -frecuentemente- pasaba al ataque. Similitudes y diferencias se pueden establecer entre Sebastián Battaglia y Mauricio Serna. Los dos son los encargados de la protección de los centrales en primer término y mientras que el rol del colombiano -que tenía por característica su velocidad- era eminentemente defensivo, Sebas -que participó de parte del primer ciclo de Bianchi y del segundo ya como titular- llega más a posiciones ofensivas. La prueba está, en la interesante cantidad de goles que ya lleva convertidos, tratándose de un volante central. Por la banda izquierda, las características tanto de Diego Cagna, quien jugó hasta el 2000 inclusive y de Jesús Dátolo, son similares. Ambos tienen la banda para manejarla y lo hacen en base a su gran condición física y una aceptable técnica.

LA MAGIA Y LOS GOLES

Pero claro, el mayor parecido entre aquel equipo y el actual, está de la mitad de cancha hacia adelante. Dos de los gladiadores de aquel equipo, han regresado al club tras sus experiencias en Europa: Juan Román Riquelme y Martín Palermo. En el caso de Román, fue la magia, la fantasía. Desde aquel amistoso ante Rosario Central, que marcó el inicio de la carrera de Bianchi como técnico en Boca, quedó en claro que la creación iba a pasar casi exclusivamente por sus pies. Le devolvió la titularidad y Riquelme pagó esa confianza con creces. En este caso, hay alguna sutil diferencia en su rol ya que a veces, se desempeña como media punta. Pero su gravitación, tanto convirtiendo goles como creando jugadas que nacieron de su genio, fue fundamental.

El caso de Martín Palermo, el "Optimista" del gol, tal como lo bautizó el Virrey, es algo distinto. Hoy no le toca jugar, por una lesión que lleva ya 132 días de recuperación. Pero lejos de entregarse, el Gran Titán no se rinde y piensa volver y seguir inflando redes adversarias. En uno de los extremos, jugaba uno de los ídolos modernos de Boca: Guillermo Barros Schelotto quien, en base a sus condiciones, a una gran picardía y a goles al eterno rival, se ganó un lugar para siempre en el corazón del hincha más allá de que algunas veces, le tocó ser suplente de Marcelo Delgado. Su sucesor, quien más se le parece es Rodrigo Palacio quien hoy, ya recuperado de una molesta pubialgia, tiene la intención de volver a convertirse en aquel impresionante delantero que hasta no hace mucho supo ser. Mientras tanto, sus lugares fueron bien custodiados, en el Apertura por Lucas Viatri y por Pablo Mouche primero y Luciano Figueroa después, cuando Ischia decidió que Boca jugara con dos delanteros por "adentro". En suma, hay material que invita a pensar en volver a vivir aquellos buenos y no tan viejos tiempos.

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