Toda la fiesta fue albirroja

Fue el reencuentro entre el equipo y su gente... Un gran recibimiento al equipo que conduce Alejandro Sabella y que luego, se prolongó con lo hecho por los jugadores dentro de la cancha. Las 40 mil personas que colmaron el Estadio Ciudad de La Plata, disfrutaron cada instante, de un partido que salió redondo. Mucho fue el colorido que bajó desde los cuatro costados, en otra jornada que terminó siendo inolvidable para todos los albirrojos.

Aquella vez, los héroes del Mineirao, pisaron la ciudad envueltos de gloria acompañados por una multitud. Ayer, el equipo le devolvió al pueblo albirrojo, algo que siente en lo más profundo y es ganar el clásico, ante su eterno rival.

En la previa, sin público visitante, todo fue tranquilidad, que se rompió con el "Borombombón, borombombón, el que no salta festejó la promoción", cuando el Gato Sessa entró a hacer los movimientos previos.

Muchos gorros y vinchas con marcado estilo arabesco, varias replicas de la Copa que ganó el equipo en Brasil y familias enteras que plagaron los muros del estadio con sus trapos como: "No imagino algo mejor"; "Delirio rojo y Blanco"; "Filial Rosario"; "Vialidad es Pincha", entro otras tantas ya conocidas.

La salida del equipo fue tan emotiva como el minuto de silencio que se le brindó a la memoria del padre de Sabella. "Dale campeooón, dale campeooón", tronaban en el Unico, mientras un manto rojo y blanco cubría todas las tribunas, como en aquellos partidos de la Copa Libertadores. Para la salida de Gimnasia, sólo llovieron silbidos.

Con el correr de los minutos el aliento fue en aumento, sobre todo porque el equipo jugaba y dominaba. Así llegó el primer delirio de la tarde cuando Salgueiro reventó la pelota en el arco de Sessa y reventó las gargantas de todos los pincharratas, que ya se frotaban las manos ilusionados con ganar otro clásico.

En el complemento preocupó un poco la salida de la Bruja, pero entre Boselli y Pérez se encargaron de despejar las dudas. De esta manera todo fue para Estudiantes, fuera y dentro de la cancha. "Miren al Pincha como se mueve, está bailando la tarantela, se mueve para acá, se mueve para allá, esta es la banda más loca que hay". También se acordaron del Pampa Sosa y hasta gritaron a coro a Madelón "Ponelo a Sessa".

La gente reconoció con un cerrado aplauso y al grito de ¡uruguayo, uruguayo! el partidazo de Salgueiro. El cierre fue a toda orquesta y con una fiesta que se prolongó por las calles céntricas de la ciudad.

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