City Bell, un barrio conmovido por la muerte de Lucía
| 27 de Enero de 2010 | 00:00
El portón de la casa de dos plantas donde vivía Lucía Ramallo Sarlo, en City Bell, se entreabría ayer sólo para dejar pasar a los familiares, vecinos y amigos que se acercaron, consternados, a darle contención a la familia de la joven, fallecida en Perú, luego de que un alud de lodo y piedras la sepultara mientras realizaba la excursión a Machu Picchu.
Su padre, Manuel Ramallo Zenteno, un odontólogo radicado en La Plata, que cuenta con una extensa trayectoria y es considerado una eminencia entre sus colegas, fue quien tomó la difícil tarea de ir a la Embajada de Perú en Buenos Aires, a reclamar el cuerpo de su hija, ya sin vida.
"No va a parar hasta que no le entreguen el cuerpo", expresó una familiar suya, antes de abandonar la casa, donde habían quedado la hermana de Lucía, Pilar, y su madre, Sandra, que es arquitecta y evitó hablar con la prensa, muy golpeada por la tragedia sufrida.
Además de los vecinos que se acercaron al lugar para contener a los familiares de Lucía, también se dieron cita algunos ex compañeros del Instituto Juan Manuel Estrada de City Bell, donde Lucía cursó el secundario. "Era una buena compañera, solidaria, siempre con una sonrisa en su rostro", contó a este diario un ex compañero de colegio de la joven.
En la misma línea, una vecina, que fue maestra del Jardín de Infantes de Lucía, se mostró conmovida por la noticia, y afirmó que "es una familia muy unida", y que Lucía era muy "simpática y siempre tenía una sonrisa muy grande. Su padre no se recupera más, es un hombre que todo el tiempo hablaba de sus hijas", contó.
Lucía estaba cursando la carrera de Diseño e Indumentaria en la UBA, y era una militante ecologista, preocupada por el cuidado de la naturaleza, y amante de la vida al aire libre.
De hecho, llegó a montar una suerte de microemprendimiento, llamado "Totebag", junto a otras diseñadoras y amigas, para vender bolsos ecológicos. En 2009, su marca de bolsos obtuvo una "mención a la creatividad" por Inicia 2009, una asociación civil que premia la creación y el desarrollo de emprendimientos sustentables.
Al cierre de esta edición, en el interior de la casa situada en la calle 5, entre Güemes y Pellegrini de City Bell, había una familia destruida. Afuera, todo un barrio conmovido, preguntándose, simplemente, por qué.
Su padre, Manuel Ramallo Zenteno, un odontólogo radicado en La Plata, que cuenta con una extensa trayectoria y es considerado una eminencia entre sus colegas, fue quien tomó la difícil tarea de ir a la Embajada de Perú en Buenos Aires, a reclamar el cuerpo de su hija, ya sin vida.
"No va a parar hasta que no le entreguen el cuerpo", expresó una familiar suya, antes de abandonar la casa, donde habían quedado la hermana de Lucía, Pilar, y su madre, Sandra, que es arquitecta y evitó hablar con la prensa, muy golpeada por la tragedia sufrida.
Además de los vecinos que se acercaron al lugar para contener a los familiares de Lucía, también se dieron cita algunos ex compañeros del Instituto Juan Manuel Estrada de City Bell, donde Lucía cursó el secundario. "Era una buena compañera, solidaria, siempre con una sonrisa en su rostro", contó a este diario un ex compañero de colegio de la joven.
En la misma línea, una vecina, que fue maestra del Jardín de Infantes de Lucía, se mostró conmovida por la noticia, y afirmó que "es una familia muy unida", y que Lucía era muy "simpática y siempre tenía una sonrisa muy grande. Su padre no se recupera más, es un hombre que todo el tiempo hablaba de sus hijas", contó.
Lucía estaba cursando la carrera de Diseño e Indumentaria en la UBA, y era una militante ecologista, preocupada por el cuidado de la naturaleza, y amante de la vida al aire libre.
De hecho, llegó a montar una suerte de microemprendimiento, llamado "Totebag", junto a otras diseñadoras y amigas, para vender bolsos ecológicos. En 2009, su marca de bolsos obtuvo una "mención a la creatividad" por Inicia 2009, una asociación civil que premia la creación y el desarrollo de emprendimientos sustentables.
Al cierre de esta edición, en el interior de la casa situada en la calle 5, entre Güemes y Pellegrini de City Bell, había una familia destruida. Afuera, todo un barrio conmovido, preguntándose, simplemente, por qué.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE