El choque con La Cámpora: "cumplimos órdenes"

"Si los dejábamos pasar, nos separaban de la fuerza. Nos dieron la orden de que nadie accediera a esos palcos, la cumplimos y nos separan de la fuerza igual". Con bronca contenida, uno de los agentes de Infantería desafectados por los incidentes ocurridos el lunes pasado en la Legislatura resumía ayer con esa frase la "encrucijada" que, afirma, viven los uniformados que participan de este tipo de operativos.

El acuartelamiento que motorizaron ayer efectivos de la División de Infantería de la Bonaerense y de otros cuerpos de la fuerza expuso ayer el malestar que se extendió entre los uniformados por la decisión de castigar disciplinariamente a un grupo que, dicen, "sólo cumplió órdenes estrictas y claras que bajó de una cadena de mandos políticos".

"Somos seis efectivos que por resguardar la seguridad del señor gobernador (Daniel Scioli) ahora nos encontramos fuera, por trabajar", enfatizó uno de los policías separados, el capitán Walter Revoredo. Los manifestantes aseguraron que el lunes pasado, cuando Scioli juró en la Legislatura como gobernador por un nuevo mandato, se les dio la orden de que "no ingresaran más que 150 o 170 personas a los palcos, por miedo de que se cayeran y para cuidar la integridad física del gobernador".

"No entiendo yo de política, llegaron de Cámpora o algo así con cánticos de que somos de la JP que cueste lo que cueste vamos a ingresar, no nos para nadie. Hubo un forcejeo, una refriega muy intensa, nos empezaron a tirar con maderas. Pero no ingresaron, obedecimos la orden", señaló el efectivo policial.

En ese marco, las especulaciones se centraron ayer sobre qué funcionario dio la orden de que el cuerpo de Infantería se apostara en ese lugar e impidiera el paso de la columna de La Cámpora. Fuentes cercanas a la Gobernación deslizaron que la responsabilidad recae sobre encargados de seguridad del Senado, que organizó el acto. Las miradas apuntaron contra un funcionario de ese área de la Cámara alta que sería separado de su cargo en las próximas horas.

En los hechos, y en virtud de que Gabriel Mariotto todavía no había asumido su cargo, la conducción del Senado estaba en manos del designado vicepresidente Primero, el kirchnerista Sergio Berni.

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