"Anónima, una mujer en Berlín"

Ambigua y también reconocedora acerca de algunos dolorosos asuntos históricos silenciados ya por el pudor de las víctimas como por la hipocresía, culpa o vergüenza de los victimarios. En nuestro país, más rápido que en Alemania después de los nazis, ha empezado a mencionarse el tema de las violaciones sistemáticas de las desaparecidas políticas durante la dictadura militar. En la Alemania de Hitler, primero lo hicieron junto a otras atrocidades los alemanes con los rusos comunistas. Después lo repitieron los soviéticos cuando ingresaron triunfadores en Berlín. Las mujeres de los nazis o de los alemanes eran violadas sexualmente. "Anónima" es de los primeros intentos de abordar esta cuestión horrenda y espinosa; esta intención es incuestionable. La ambigüedad se advierte desde lo ideológico, como si rechazar con repulsión la sistemática violación (como recurso de guerra) se uniera al prejuicio racista o étnico contra la cultura eslava, mientras se huele cierta justificación o ánimo comprensivo en cuanto a los arios y occidentales. Por este lado, está de acuerdo buena parte de la crítica, la película puede ser desagradable.

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