El Cerro Tronador sorprende en Bariloche con su Ventisquero Negro
| 1 de Mayo de 2011 | 00:00

Las nieves del volcán Tronador, inmaculadamente blancas en su cúspide a 3.400 metros de altitud, son el origen del más oscuro de los glaciares, el del río Manso, conocido como el Ventisquero Negro, en la cordillera rionegrina.
Sus tres picos, sus glaciares y cornisas albinos, que sobresalen entre cerros más bajos cubiertos de la profusa vegetación andino patagónica, se ven desde muy lejos por sus accesos por agua o tierra, pero es en el último kilómetro donde aparece la sorprendente formación negra.
La masa oscura, comprimida entre los paredones de unos 60 metros de altura, presenta unas placas encrestadas y sinuosas como el lomo de un saurio al acecho, y sorprende comprobar que no es una colada de lava u otro mineral lítico, sino esencialmente hielo.
Es el Glaciar Río Manso, conocido como Ventisquero Negro, que desciende del pico Argentino del volcán, que por una lejana erupción que deformó su cumbre tiene otros dos, llamados Chileno e Internacional, según su ubicación en el límite fronterizo.
Se trata de una propuesta de turismo aventura ideal para esta época del año en la que los glaciares ya no forman cascadas y no han caídos grandes nevadas que dificulten o directamente impiden la marcha.
También es una vista única la de sus restos desprendidos, témpanos que por su color parecen enormes rocas, flotando o -si son muy pesados- varados en el fondo de la laguna natural formada donde termina este glaciar en retroceso, que es una de las fuentes de las nacientes del río Manso.
DIEZ GLACIARES
Este es uno de los 10 glaciares del Tronador, todos en permanente movimiento -en términos geológicos, casi nunca perceptible por el hombre- que bajan como poderosos ríos de hielo y, al remedar la superficie de las laderas, forman grietas, cascadas y saltos y congelados que paradójicamente parecen detenidos en el tiempo. Aproximadamente a los 2.000 metros, estas masas gélidas cuelgan de cornisas y se las puede ver como los bordes de un mantel desflecado.
Ese ínfimo movimiento causa con los años caídas de bloques de decenas de toneladas de hielo desde alturas de hasta 700 metros, que al impactar contra la ladera y deslizarse generan un estruendo similar a una descarga de artillería que conmueve los valles y le dio al volcán el merecido nombre de Tronador.
Estas avalanchas alimentan el glaciar Río Manso, que comprimido entre sus paredones acumula todo el detritus rocoso que erosiona y desmenuza en la caída y forma un hielo oscuro, saturado de arena y piedras, en el que la luz no puede penetrar.
De esa manera, el Ventisquero Negro no refleja el típico blanco brillante con vetas azuladas de otros glaciares, sino la penumbra que surge de sus grietas, galerías y cavernas, y se convierte en un capricho único de la naturaleza.
La base de partida hacia el Ventisquero Negro es el valle de Pampa Linda, desde donde también salen quienes escalan los picos del Tronador y puntos intermedios, excursiones de caminatas sobre el glaciar o descenso a sus oscuras y heladas entrañas, paseos en bicicleta, cabalgatas y senderismo.
En 2009 el Glaciar Negro demostró que no estaba tan en retroceso como su clasificación lo indica, y un aluvión de piedras, témpanos y barro acabó con el dique que formaba la laguna, y destruyó un puente sobre el arroyo Blanco. Poco después fue reconstruido el puente por el que se accede a Pampa Linda, lo que permite llegar nuevamente a las pasarelas para observar la majestuosidad negra del glaciar.
Desde ese valle, donde además hay dos campings y un albergue, el ventisquero dista ocho kilómetros, que se pueden hacer en vehículo o a caballo, pero los mil metros finales sólo a pie, hasta las pasarelas, que ante el constante retroceso del glaciar fueron reconstruidas aún más cerca de su lengua negra y brillante.
ACCESOS
El Glaciar del río Manso se encuentra a 80 kilómetros al sur de San Carlos de Bariloche, y para acceder a él hay que llegar al valle de Pampa Linda, lo que es posible por tierra o en combinación con un trayecto lacustre.
En el primer caso, se debe tomar la Ruta Nacional 40 (ex 258) hasta donde nace -hacia el oeste- un camino de ripio cuyo nombre oficial es Ruta Nacional 254, que luego toma rumbo noroeste por el borde del brazo Tronador del lago del mismo nombre.
El trayecto es mayormente en subida, sinuoso y polvoriento, pero en cada curva se encuentra un paisaje distinto entre cañas colihue y retamas en la parte baja, donde en verano resalta el naranja de los amancay en flor, y en otoño los hermosos colores de las lengas, ñires y cohiues más arriba.
También se atraviesan montes cerrados que forman galerías donde anidan y revolotean al paso del vehículo los pájaros más pequeños de la región y aves más grandes, coloridas y de canto estridente.
A la derecha y del otro lado del lago relucen las cumbres siempre blancas de los cerros Bonete, con sus glaciares colgantes, y Cresta de Gallo.
En el último tramo y del mismo lado, se bordean los rápidos del río Manso, hasta que se lo cruza sobre un puente de madera poco antes de llegar a Pampa Linda.
POR LANCHA
El trayecto lacustre parte de Villa Mascardi, donde nace la ruta 258, cuyo embarcadero está bordeado de prolijos jardines, jóvenes pehuenes y construcciones de troncos.
Desde allí, una lancha recorre este lago, también llamado De los Siete Colores por la variedad de tonos azules y verdes que tienen sus tranquilas y frías aguas, entre cerrados bosques que llegan hasta su orilla, donde hay algunas playas de arena negra.
El recorrido dura una hora y en su derrotero se ven, al comienzo y a la izquierda, los cerros Los Césares y Los Moscos, y durante todo el viaje los Bonete y Cresta de Gallo, además del Agustín P. Justo, el Elguea y los picos Argentino e Internacional del Tronador.
El viaje termina en Puerto Tronador, en el extremo oeste del Mascardi, y desde allí se debe continuar por tierra hasta Pampa Linda y luego a la base del volcán.
DATOS UTILES
Excursión
La excursión por tierra hasta los miradores es un paseo de jornada completo y su costo, en distintas agencias de turismo de bariloche, tiene un costo que arranca desde los 350 pesos diarios, con un refrigerio incluido.
La opción lacustres tiene un costo que arranca desde los 250 pesos, pero sin refrigerio ya que se trata de una excursión de medio día.
Alojamiento
El precio de una habitación doble de hotel en Bariloche, en esta época del año, parte de los 245 pesos diarios, con desayuno.
El alquiler de una cabaña para cuatro personas tiene una tarifa mínima de 480 pesos por día.
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