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En el Zaizar todos hablan del "color que cayó del cielo"

Los vecinos de un barrio conmovido por la tragedia mencionan a "una luz azul y un zumbido"

En el Zaizar todos hablan del "color que cayó del cielo"

La explosión en Monte Grande desató todo tipo de conjeturas, con vecinos que dicen haber visto “un fuerte resplandor” y hasta expertos que apuntan a un posible meteorito

27 de Septiembre de 2011 | 00:00

Pablo Daniel Warmkraut grita indignado: "que nos digan la verdad, nos vienen mintiendo desde Roswell, basta, NASA, basta de mentirnos". El hombre está parado frente al 3.800 de la calle Vernet, en Monte Grande. El sol pega fuerte y hace más finito el polvo de la calle. A Warmkraut lo rodean algunos vecinos que lo escuchan con sumo interés y un perrito negro, lanudo y chiquito que ya le tiró dos tarascones, por ahora, al aire. Warmkraut lleva puesta una remera negra con la imagen de un extraterrestre y una leyenda que informa: "AURORA, Grupo de Investigación del Fenómeno Ovni". El hombre reparte tarjetas y los vecinos se las guardan mientras escuchan la historia: "en 1955, en Roswell, Nuevo México, algo cayó del cielo...", se entusiasma el investigador.

El Zaizar es un barrio al que se llega por la Ruta 4 y por la avenida Oliver, todavía en obra de repavimentación. Es un paisaje de rejas sobre rejas que encierran casas bajas de ladrillo hueco sin revocar y de calles sin veredas. El agua servida serpentea desde los desagües a cielo abierto y en cada esquina hay un pequeño basural. En los porches de las casas, detrás de los enrejados, se amontonan cosas: sillas, cochecitos de bebé, alguna cubierta de auto. "Acá no se tira nada", dice Ricardo Díaz, uno de los vecinos que jura haber visto la famosa "luz azul que cayó del cielo".

El barrio está tan conmocionado que ni Cayetano Algarín (47) tiene respuesta. El hombre es un parapsicólogo que vive 20 metros a la vuelta del lugar de la explosión o de "eso que pasó". El "consultorio", que además es su vivienda, le quedó partido en dos. El techo de la sala se abrió a la mitad, las ventanas y los espejos volaron en mil pedazos y dos gruesas columnas de mármol que sostenían una especie de altar a "San La Muerte" se corrieron de lugar. "Estoy shokeado, no le encuentro explicación, pero si de algo estoy seguro es que una garrafa no fue", dice Cayetano, escoba en mano, juntando pedazos de un vitreaux con imágenes de otros santos.

Desde uno de los agujeros que hasta ayer a las 2 de la madrugada fueron las ventanas de la carnicería La Tranquera o del negocio de venta de teléfonos celulares de Samuel, se asoma un pibe de gorra que dice llamarse Alexander Maldonado y que jura haber visto la luz azul y un zumbido "como el de un avión", previo a la explosión. Su relato coincide con el de Adriana Gómez, que vive a la vuelta y coincide también con el de muchos otros vecinos. "No vimos fuego, no hubo olor a gas, solamente la luz azul, el estruendo y el ruido de los vidrios de las ventanas".

Frente a la casa donde "pasó eso", Gabriella Borgés ensaya su salida al aire. Es la corresponsal de la cadena de TV brasileña SBT, de San Pablo: "nadie explica qué pasó pero la gente dice haber visto una extraña luz azul cayendo sobre el lugar", informa la periodista extranjera.

Víctor Magros es un vecino que desde la madrugada recorre el lugar del hecho. Ayudó a mover escombros y asegura haber cerrado la llave de una garrafa -un tubo en realidad- que echaba fuego después de la explosión. Está conmovido por la desgracia de sus vecinos que perdieron todo: el negocio de almacén y el taxi, pero tiene margen para burlarse de "los tipos de traje blanco que aparecieron a eso de las 11 de la mañana diciendo que podía haber radiación". Magros dice que "si era así, podrían haber avisado antes".

El eje de las contradicciones en El Zaizar parece ser "la bola de fuego". Algunos dicen haberla visto claramente y otros insisten con la luz azul. A Romina Marconi la preocupa un asunto más terrenal: su casa -lindera a la explosión- se rajó de punta a punta y no le quedó un vidrio sano. Es mamá de dos pibes de 8 y 2 años y está sola. Un albañil del barrio ya le adelantó que el arreglo va a ser "trabajo grande".

Howard Phillips Lovecraft escribió "El Color que Cayó del Cielo", una historia de terror fantástico con algunos parecidos a lo que ayer se vio en El Zaizar. La ambientó en 1882, en Arkham, un pueblito norteamericano, perdido y polvoriento donde todos hablaban de una luz y una explosión.

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