Clint Eastwood: policía, militar y cowboy
| 18 de Noviembre de 2012 | 00:00

Por
Amilcar Moretti
Ver cine no siempre coincide con ver buen cine. En verdad, sucede a menudo porque, se sabe, el cine es una industria, una estructura de producción de películas para vender a muchos espectadores. La televisión dedicada al cine se despoja un poco de esta obligación pero, hay que reconocerlo, así como da lugar a filmes notables pero de difícil ubicación y reconocimiento, también suele nivelar por lo bajo, sin demasiadas exigencias, como las del espectador dominguero, en descanso de fin de semana.
Y ahí es cuando aparece al crítico de cine que, o bien deja al espectador elegir con libertad (o desorientación) o bien le “recomienda” aquello de “esto vale la pena, esto no”. Hoy por ejemplo hay una especie de ciclo sobre la filmografía de Clint Eastwood en su primera etapa, la menos pulida y tal vez la más reaccionaria en ideas por falta de control ético-moral, que desde hace tiempo parece haber hecho más estricto este hombre de cine constituido en maestro mundial de la narración clásica, potente, clara y profunda, cada vez con más toques de nostalgia o melancolía, nunca llorones.
El “ciclo” se conforma con programación de dos señales: la infaltable TCM en estos casos y una nocturna en Universal Channel. La lista viene así:
TCM, a las 15.10: “El jinete pálido” (1985).
TCM, a las 17.10: “El guerrero solitario” (1986).
TCM a las 19.40: “El novato” (1990).
Universal Channel a las 22: “El sustituto” (2008)
De las cuatro, la mejor sin duda es “El jinete pálido”, un western de los últimos -antecedente de “Los imperdonables”- que han sabido valorar y hacer evolucionar el género. La más cuestionable es “El guerrero solitario”, por esquemática e imperial, con ciertos aspectos, al menos por lo que se recuerda, incordiosos en cuanto trata del entrenamiento militar para la invasión a Granada, la isla del Caribe, no hace tanto.
“El jinete pálido” trabaja en otro nivel: de algún modo sigue la línea de “Shane, el desconocido”, con Alan Ladd en los años 50. Un anónimo de la pradera que llega como un salvador para restituir la justicia ante el salvaje avasallamiento de pacíficos colonos y pueblerinos. La aparición del protagonista, ya en una atmósfera fantástico-religiosa, tiene un vigor que oscila entre la magia del cómic y la fuerza de la metáfora que rinde tributo a lo mesiánico.
Un filme para conservar, rever y, claro, tener en cuenta.
Dos con Mickey Rourke
Sí, dos con Mickey Rourke bastante después de haberse operado el rostro, aunque no antes de la última vez que lo hizo, hace poco.
Sin City, la ciudad del pecado. Entre el cómic, el cine negro y el hiperrealismo. Mundo de gángsteres y mujeres voluptuosas y peligrosas. El protagonista es Bruce Willis. Se trata de un trabajo de orfebrería, hay que mirarla con cuidado, detalle por detalle. Lleva su tiempo. Cinemax a las 18.30.
El luchador. Un drama en el mundo de los luchadores que mezclan esa disciplina con el show. Realista, amarga, desilusionada. Gran trabajo de Rourke. Muy buen cine norteamericano sobre la clase baja blanca norteamericana. Cinemax a las 23.
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