Las Bouvier, cáncer y política

Por

Amilcar moretti

Aunque en tiempos de hibridez en territorios artísticos no debiera extrañar, siempre resulta curioso y causa seductora perplejidad ver de qué forma pueden fundirse dos formas de cine en esencia diferentes: la ficción y el documental. Es lo que sucede en “Grey Gardens”, el telefilme que se verá mañana poco después de las 21, sobre dos mujeres -tía y sobrina- familiares de una figura simbólica de la segunda mitad del siglo XX: Jacqueline Kennedy, la esposa del asesinado presidente JFK de los Estados Unidos.

Grey Gardens es una antigua y lujosa mansión como las que estilaba en los años 20 la alta burguesía norteamericana (piénsese en el mundo de “El Gran Gatsby”, con DiCaprio, que se verá pronto). Es la mansión de los Bouvier -el apellido de la familia de Jacqueline-, en la cual se refugiaron en la década del 30 la tía y la prima de la futura primera dama. Sucede que, al parecer, era la prima de ésta última, Edie Bouvier Beale (Drew Barrymore en la película) la destinada a casarse con John Kennedy. No fue así y, tras la separación matrimonial de su madre, se encerraron 50 años en la casona y gastaron todo el dinero de su fondo fiduciario.

El inmueble cayó en un deterioro y abandono absolutos y, en convivencia con cincuenta gatos y mapaches las dos damas se asilaron en el piso superior y vivieron décadas con basura diaria. Jacqueline Onassis quiso ayudarlas pero ambas parientes de opusieron y terminaron por ser dos simpáticas y extrañas locas de atar, espectros de otra época y fantasmas de lo que no pudo ser: quedaron atadas al pasado, que reivindicaron por sobre la realidad, al punto de no sentir el olor nauseabundo emanado por la antigua y envidiada residencia. Una metáfora completa y una simbólica intensa sobre el destino de un sistema que, parece, se devora a sí mismo y a los suyos tras el sueño de los millones y la acumulación de capital.

“Grey Gardens”, atrayente telefilme, agrega a lo curioso y casi surreal de su argumento real, el hecho de ser una biopic (biografía) que mezcla lo sucedido con lo presumido pero que, para más claridad y a la vez fascinación, se basa en un documental famoso filmado en la década del 70 por los prestigiosos hermanos David y Albert Maisles. Ambos autores de otro documental clásico, “Gimme Shelter”, sobre la cultura roquera libertaria, los festivales musicales juveniles como utopía de “comunismo” primitivo a base del amor, la paz, las drogas (las alucinaciones “trascendentes”, no la adicciones de hoy) y, ¿por qué no?, la violencia.

“Grey Gardens”, del 2009, fue premiada y significó el reconocimiento de Drew Barrymore como una muy buena actriz y a su “tía”, Jessica Lange, la confirmación como la gran dramática de las última décadas, algo más joven que Gena Rowlands (viuda de John Cassavettes), pero junto con ella de lo más excelso e imperdonablemente desperdiciado por la poderosa industria de Hollywood.

Mañana a las 21.10 por Cinemax.

La dolorosa ilegalidad

La “inmigración ilegal” de mexicanos y otros latinoamericanos (como, antes, la de bolivianos, paraguayos y peruanos en Argentina) es tanto una necesidad y consecuencia de un sistema de explotación laboral como una cuestión humanitaria vergonzosa, un grave “daño colateral masivo del capitalismo de dólar y casino”. Sobre este tema tan complejo que incluye también lo doloroso afectivo como la lacra xenófoba, trata “Norteado” , a estrenarse hoy a las 22.

Trata sobre la aventura de vida de Andrés, un joven mexicano que cruza hacia Estados Unidos para reunirse con su esposa e hijos. Detenido por Inmigración, lo devuelven a Tijuana, donde se convierte en el chico de los mandados de un comercio pequeño en que conoce a la dueña, la empleada y un amigo de ellas. DeCine21 (digital) valora: “Película lenta y directa, plantea cómo el drama de la inmigración afecta a muchas personas, con el terrible efecto de la disgregación familiar y las carencias afectivas, que conducen casi inevitablemente a buscar cariño y consuelo en las personas que tienes más a mano. En “Norteado” se nota la falta de medios, también en la escasez de personajes y figurantes, pero cumple su objetivo de concientizar sobre su tema central, y en el dibujo sin aspavientos de los sentimientos sencillos y primarios de Andrés, Ela, Cata y Asensio.”

Hoy, por ISA a las 22.

Mandatarios y cáncer

“Mo” se verá este domingo poco antes de las 24. Es una pena que una película edificante aunque sin golpes bajos pueda conocerse solo en un horario para público con pocas rutinas obligatorias. Producción británica del 2010 -los ingleses tienen una gran tradición de prolijas y verosímiles biografías-, trata sobre Mo Mowlan, secretaria de estado de Irlanda del Norte a fines de los años 90, quien debio combinar difíciles decisiones políticas con el diagnóstico médico de sufrir un tumor cerebral terminal de avance rápido.

Mowlan fue protagonista del histórico acuerdo de paz de navidad de 1998 en la antigua lucha armada y política -lleva 100 años- del IRA y el imperio. Julie Walters, gran dramática británica, poco conocida aquí por el público masivo, construye con respeto, decoro e intensidad una personalidad que lucha al mismo tiempo contra su padecer privado y la necesidad de lograr un acontecimiento de repercusión humanitaria.

Domingo, a las 23.50 por Europa.

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