Canillas secas en plena ola de calor: “un desastre”

Tal como había ocurrido en la agobiante tarde del domingo, la escasez de agua puso ayer en jaque a miles de familias de la Ciudad en momentos en que la temperatura alcanzaba sus máximos registros.

En este contexto, La Loma, San Carlos, Villa Castells, Gonnet, plaza España y Los Hornos estuvieron entre los enclaves más afectados.

“CADA VEZ PEOR”

“Es un problema recurrente, seguro. Pero cada diciembre se vuelve un poco peor” aseguró Amalia Ruiz, de 47 y 139. La vecina de San Carlos detalló que “hasta las once de la mañana vino un chorrito de agua, y después absolutamente nada. El jueves y el viernes pasado, lo mismo. Te obligan a encender el lavarropas a las 4 de la mañana, a bañarte a la madrugada...”.

“Hay que cambiar toda la rutina para adaptarse a las fallas de un servicio que se paga y bastante” dijo Ruiz: “nosotros somos gente grande, tengo 70 y mi marido 75 y cuidamos a mi nieta. No nos podemos quedar sin agua; terminaremos comprando un motor, aunque no esté autorizado, ante la falta de respuestas. No te dejan otra que entrar en ese círculo”.

Patricia Pintos, otra de las vecinas damnificadas por la escasez, explicó que “nuestros familiares ya saben que si hace mucho calor, vamos a terminar recurriendo a ellos para poder bañarnos. Y para cocinar y tomar, la compra de bidones se lleva un presupuesto que no todos tienen”.

Silvia Santomássimo pidió que “por lo menos, ya que no nos da respuestas, ABSA debería distribuir agua envasada en los barrios más castigados”.

Desde Altos de San Lorenzo, Beatriz Medina advirtió que “la situación es grave; en esta zona hay muchos chicos y estamos descompuestos del calor, sin presión de agua, sin luz y sin cloacas; es una bomba de tiempo”. Quejas parecidas expresaron Guillermo Fleitas, de 144 y 50 -”llamé seis veces a Aguas Bonaerenses y nunca vinieron”-, y Juana Cazuza de 12 y 91 -”toda la zona, desde Monasterio para acá, está sin agua”. Martín Núñez, de 6 y 497, dijo que “toda Villa Castells está con las canillas secas, y ABSA no parece preocuparse”.

Julio Castro, propietario de una farmacia en 60 y 146, recapituló que “en diez días, tuvimos agua sólo 48 horas. Un desastre”.