El sedentarismo, factor de riesgo para el corazón

La falta de actividad física puede provocar hipertensión y trastornos cardíacos de relevancia

Son múltiples los riesgos que se corren si no se hace la actividad física que el cuerpo necesita.

La vida moderna impone muchas veces un ritmo cotidiano con poco ejercicio y eso amplía la posibilidad de contraer ciertas enfermedades como artritis, reuma, osteoporosis y problemas cardiovasculares.

El sedentarismo es la carencia de actividad física, como el deporte, las caminatas, y por lo general pone al organismo humano en situación vulnerable ante enfermedades, especialmente cardíacas.

Con mayor frecuencia, el sedentarismo físico se presenta en la vida moderna urbana, en sociedades altamente tecnificadas en donde todo está pensado para evitar grandes esfuerzos físicos.

Como consecuencia del sedentarismo físico aparece la obesidad que es un problema preocupante en casi todos los países.

Aunque durante la infancia y la adolescencia, la mayoría de la gente mantiene un nivel de actividad física más que suficiente a través del juego y de diferentes ocupaciones de acuerdo a la edad, las oportunidades y la motivación para realizar ejercicio físico se reducen a medida que van pasando los años.

Para evitar que esta tendencia desemboque en el indeseable sedentarismo, resulta esencial que los hábitos relacionados con una vida activa se consoliden en las dos primeras décadas de la vida.

De ahí en adelante será preciso poner al alcance de los adultos de cualquier edad, los medios necesarios para que puedan mantener un cierto nivel de actividad física diario.

Entre las causas de la inactividad física se destacan el tipo y horarios de trabajo, la mayoría realizados en oficinas y comercios; la falta de costumbre de realizar ejercicios; la carencia de instalaciones deportivas cercanas; la contaminación ambiental; algunas enfermedades que impiden movimientos regulares.

También dan paso al sedentarimos la obsesión de estar muchas horas frente al televisor o a la computadora.

Las consecuencias son el aumento del riesgo de presión arterial, afecciones cardíacas, contraer problemas articulares como osteoporosis, artritis, artrosis, reuma, trombosis coronaria.

La falta de ejercicio puede llevar a que el cuerpo deje de quemar calorías. Un exceso de ellas se acumula en forma de grasa.

También puede aumentar la cantidad de lipoproteínas, colesterol y grasa en sangre.

Esto impide la flexibilidad de las paredes de los vasos sanguíneos y puede endurecer las arterias.

La acumulación de grasas del aparato circulatorio es frecuente a medida que avanza la edad y no se realizan ejercicios.

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