Hipertensión: cuánto incide la herencia

La mayoría de los casos se produce por otras causas, como el estilo de vida o el no prevenir a tiempo

¿Cuál es el verdadero peso del factor genético en la hipertensión arterial? Esta pregunta no sólo genera debates hoy entre los especialistas -que la convertirán en uno de los ejes principales del XXI Congreso Argentino de Hipertensión Arterial, organizado por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial ( SAHA), que se realizará entre hoy y el sábado- sino que alimenta mitos infundados que desalienta la adopción temprana de hábitos de vida saludables.

Según los datos que manejan los especialistas en la materia, la herencia genética explica sólo el 20% de los casos de hipertensión arterial. Todos los otros tienen que ver con la falta de prevención y con factores relacionados con el estilo de vida, tales como la mala alimentación y el sedentarismo.

En la actualidad, la hipertensión arterial es padecida por el 38% de los argentinos y es el primer factor de riesgo de muerte y se estima que la padece un 38% de los argentinos. De todos los afectados, apenas un tercio está bajo control.

Ahora, los especialistas se preocupan por los mitos vinculados a la genética de la hipertensión que desalientan su tratamiento temprano, aún cuando se trata de una enfermedad que debería comenzar a prevenirse en la adolescencia y aún en la infancia.

Esos mitos, que consideran necesario desterrar, son básicamente dos. Uno es el que dice que si los padres y/o los abuelos de una persona son hipertensos, de nada sirve mantener un estilo de vida saludable para prevenir esta condición (mantener un peso bajo, comer con menos sal, mantenerse físicamente activo) ya que de todas maneras la persona está “condenada por los genes” a ser hipertensa también.

Otro mito, erróneo como el primero o tal vez más, es que las personas a las que no se le conocen antecedentes de algún familiar hipertenso estarían “libres” de padecer tal condición y, por consiguiente, tampoco tendrían por qué cuidarse de la aparición de HTA ni de otros factores de riesgo cardiovascular asociados, los que por lejos constituyen la primera causa de muerte en el mundo entero.

Ni una cosa, ni la otra. “En general, la persona con padres o abuelos hipertensos que mantiene un estilo de vida saludable con una alimentación adecuada y realiza actividad física puede demorar por muchos años e incluso toda la vida la aparición de la hipertensión, mientras que si hace las cosas mal en este sentido puede hacer que esa carga genética se exprese”, asegura el Dr. Alberto Villamil, quien preside el Comité Organizador del XXI Congreso Argentino de Hipertensión Arterial.

Para el especialista platense Carlos March, médico de la Unidad de Hipertensión Arterial del Hospital San Martín y uno de los encargados de llevar adelante los talleres sobre hipertensión en ese centro “si bien puede existir una predisposición genética, dependerá del estilo de vida si esa predisposición se expresa o no. Para eso se recomienda adoptar hábitos saludables como no fumar, hacer 40 minutos de actividad física aeróbica tres veces por semana, mantener el peso corporal adecuado y una dieta hiposódica. La herencia tiene un peso mayor cuando hablamos de antecedentes familiares de infarto o accidente cerebro vascular tempranos (antes de los 65 años en la mujer, antes de los 55 en el hombre). En esos casos estamos frente a un paciente de riesgo”.

Por su parte el Dr. Ramiro Sánchez, Presidente del Comité Científico del Congreso de la SAHA, agregó que, de todas maneras, “hay que apoyar el concepto de que la carga genética, que es en realidad poligénica y está asociada a otros factores, es importante, especialmente cuando hay padres y abuelos hipertensos y el que consulta es un paciente joven”.

Además, según los últimos descubrimientos en epigenética, el problema de la heredabilidad de la HTA no reside simplemente en “los genes”, sino que los patrones de alteración metabólica que caracterizan a la HTA también parecen ser heredables.

El Dr. Carlos Pirola, miembro de SAHA e Investigador Superior del CONICET, indica que los casos de HTA donde las causas genéticas son más identificables “suelen ser más severos, resistentes al tratamiento, y se presentan en el adulto joven, o incluso en el adolescente”.

Distinguirlos del resto podría ser importante, según advierte, porque determina estrategias especiales de tratamiento, “pero si se sumaran todas las variantes genéticas descriptas –aclara el especialista–, sólo se explicarían entre un 10 y un 20 por ciento de los casos de hipertensión arterial”.

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