Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Séptimo Día |LA CATEDRAL DE LA PLATA, PEDRO BENOIT Y LUIS XVIII

La Leyenda, la historia y el ADN

15 de Noviembre de 2015 | 00:38

Por SILVANO TREVISAN
INGENIERO

Esta colaboración se refiere a la historia, la leyenda y el ADN del Ing. Pedro Benoit, su vinculación con los Luises de la Corte de Francia y el diseño de la ciudad de La Plata. ¿Es que puede haber algo en común entre personajes y hechos históricos, aparentemente tan inconexos? Más bien parecen ser parte de una vidriera discepoliana donde se mezclan, en pleno desorden, acontecimientos, protagonistas y descubrimientos científicos Pero no es así; hay una estrecha relación entre todos ellos. Veamos.

Estaba por finalizar el segundo milenio y los platenses nos habíamos propuesto concluir la bella catedral neogótica de la ciudad. Hurgando entre descoloridas fotos, papeles amarillos, documentos históricos, planos ajados y antiguos archivos, con el propósito de hallar antecedentes que permitiesen conocer cómo estaban cimentadas las torres inconclusas a efectos de completarlas, apareció, de pronto, un trabajo del Prof. José María Rey: “La Plata, ciudad armoniosa”, publicado en 1957, que despertó un vivo interés. Escribió el prof. Rey:

“Ing. Pedro Benoit (…) Aunque su madre era porteña, de ascendencia española, su padre –Pierre Benoit-, procedía de Francia y había llegado a nuestro país en 1818 a bordo de la goleta Chillone (…) Otra circunstancia íntima debe haber gravitado, sin embargo, como mandato imperioso del sentimiento francés, y ello pudo ser la naturaleza del profundo secreto que envolvía la trayectoria retrospectiva de su genealogía. En ésta se agigantaba, perturbadora y tremenda como un fantasma entre las sombras, la figura torturada de un malogrado rey de Francia. En la tradición familiar, veladamente conservada, flotaba la sensación de que Pierre Benoit, el padre del ingeniero, había rodado por escondidos caminos del mundo y anclado por fin en Buenos Aires, como una proyección viviente de aquel, llamado por muchos, “Enigma del Temple”, en el que juega tan doloroso papel la imagen confusa de Luis XVII, el Delfín muerto o raptado (…) Había la sensación de que aquel Pierre Benoit del que nadie sabía nada en concreto, ni de dónde venía, ni dónde naciera, ni quiénes habían sido sus progenitores; de aquel Pierre Benoit tan instruido, tan culto, tan impenetrablemente envuelto en un sudario de misterio, había ocupado en la soledad del Temple, un lugar que quién sabe si no era el del propio Luis XVII, Delfín de Francia.

Realmente ¿Era Pierre Benoit el hijo de Luis XVI y María Antonieta? Nada de eso (.,,) Realidad o fantasía, podría agregarse que no deja de ser interesante, en beneficio de la tradición local, la suposición de que el arquitecto de la Catedral puede haber sido nada menos que un nieto de Luis XVI.

¿Por qué no habría de tener cabida en sus leyendas esto de que hubo un rey de Francia que dio un hijo al mundo para trazar una ciudad y proyectar una Catedral en América y que aquella ciudad es La Plata y esa catedral es ésta que levanta su cruz sobre nuestras casas?”.

Esto escribió el prof. Rey. Nuevamente mito e historia se confunden.

HISTORIA DE LOS  S. XVIII Y XIX

Repasemos, brevemente, personajes y hechos de la historia moderna relacionados con el tema que aquí abordamos

La Revolución Francesa. Tuvo lugar bajo el lema Libertad, Fraternidad e Igualdad, y se desarrolló a fines del S.XVIII con el propósito de reemplazar por una República, a la corrupta monarquía reinante. Uno de sus íconos más destacados fue la Toma de la Bastilla, el 14 de julio de 1789,

Reyes de Francia. Luis XVI, perteneciente a la dinastía de los Borbones, asumió el reinado en 1774 y fue guillotinado en la Plaza de la Concordia, en enero de 1793. Su esposa, María Antonieta, corrió igual mala suerte: fue decapitada en octubre del mismo año.

El Temple. Era la fortaleza medieval de París, construida en el año 1240, como Casa Madre de los Templarios. En épocas posteriores se convirtió en una tristemente célebre cárcel en cuya Torre se encerraban y torturaban delincuentes y políticos opositores. La demolió Napoleón en 1806

El Terror. Se llamó así el período comprendido entre septiembre/1793 y abril/1794, durante el cual, bajo el gobierno de Robespierre, se persiguieron y asesinaron numerosos ciudadanos que se oponían a la Revolución. Se le llamó “El Reino del Terror” y concluyó con la ejecución de Robespierre, en junio de 1794

Luis XVI y María Antonieta tuvieron cuatro hijos; el segundo de ellos, Luis Carlos, era el legítimo heredero del trono. Al ser tomado prisionero junto a toda la familia real en 1792, la educación del pequeño se interrumpió bruscamente. Entonces fue el propio Rey, su padre, quien se ocupó, personalmente, de la formación del niño como Delfín de Francia. Cuando Luis XVI fue ejecutado, Luis Carlos se convirtió automáticamente en Rey de Francia ya que por el principio de la continuidad dinástica, el trono no debía quedar desierto. Así surgió Luis XVII, el pequeño Rey que nunca ejerció y cuyo palacio era una celda de la Torre del Temple donde estuvo un tiempo junto a su madre. Celda lúgubre y destemplada, muy distinta, por cierto, de la cálida habitación de Versalles donde había nacido en marzo de 1785. Al morir su padre en la guillotina, Luis Carlos tenía apenas 8 años. Cuando, diez meses después, fue ejecutada también María Antonieta, el niño pasó a vivir con algunos familiares. Eran los tiempos del “Reino del Terror” de Robespierre. Pero en enero de 1794 lo dejaron librado a su suerte, desconociéndose qué pasó con él hasta que, identificado, fue encarcelado nuevamente en El Temple. Por fin, el 9 de junio de 1795 el gobierno informó que en El Temple, había muerto de tuberculosis un niño de 10 años, -que sería Luis Carlos- cuyo cuerpo había sido enterrado en el Cementerio de Santa Margarita, cerca de Charonne, al Este de Paris.

¿Por qué no habría de tener cabida en sus leyendas esto de que hubo un rey de Francia que dio un hijo al mundo para trazar una ciudad y proyectar una Catedral en América y que aquella ciudad es La Plata y esa catedral es ésta que levanta su cruz sobre nuestras casas?”

Algunos historiadores, sin embargo, no creyeron la versión oficial y difundieron la hipótesis de que el muerto en El Temple no era el pequeño Luis XVII ya que un comando monárquico que quería salvar al Rey, había facilitado su evasión y sustituido por otro niño, siendo este otro, realmente, el que había muerto.

Durante todo el S.XIX, y gran parte del S.XX, proliferaron discusiones e interrogantes sobre esta muerte y aparecieron numerosos “delfines” de la misma edad, cuyos padres querían quedarse con la gloria y los bienes de los Borbones. En todos los casos, la impostura fue prontamente descubierta.

Sin embargo, hubo una que pareció verídica. Se trató de un holandés, ya adulto, quien en 1833 representó ese papel de un modo bastante convincente. Tenía 48 años –es decir, la misma edad que tendría en ese momento Luis Carlos-, un gran parecido físico y demostró que conocía, con increíble precisión, detalles y datos de la familia real. Resultó un gran mistificador, cuya falsedad fue finalmente descubierta. No obstante, en Delft se puede ver, aún hoy, una tumba que lleva su nombre y una inscripción que sostiene que Luis XVII murió allí en 1845, a los 60 años.

En la Rue Sainte Marguerite de Paris, por su parte, se ha erigido un monumento que sostiene que el pequeño Luis Carlos había muerto en prisión en 1795, maltratado por los carceleros revolucionarios.

Todo esto generó una gran duda sobre el destino del pequeño miembro de los Borbones, al que la Revolución Francesa dejo huérfano. Los investigadores de la historia siguieron discutiendo sin ponerse de acuerdo. Muchos creían en la validez de la teoría de la sustitución y el escape y que el niño había emprendido el camino del exilio. ¿Hacia dónde? ¿Hacia Argentina?

Finalmente, en este siglo XXI que estamos transitando se aclaró el misterio. El ADN y la ciencia aportaron pruebas que permitieron descorrer el velo sobre el “Enigma de Luis XVII”.

Philippe Jean Pelletan fue el médico que realizó la autopsia del niño muerto en El Temple y firmó, junto a otros profesionales, el acta donde consta esa tarea. En secreto, el Dr. Pelletan y sus herederos se guardaron el corazón del niño durante décadas hasta que en 1975 lo entregaron a los descendientes de la casa de los Borbones quienes colocaron el corazón, disecado, en la necrópolis de los reyes de Francia, en la Basílica de Saint-Denis.

Y hace muy poco, al comenzar este milenio, científicos alemanes y belgas compararon el ADN de ese corazón con el de un mechón de cabellos de María Antonieta y se comprobó que era el de su hijo Luis Carlos. El niño muerto en la Torre del Temple era, entonces, sin lugar a dudas, Luis XVII. Había vivido 10 años, 2 meses y 12 días.

Finalmente, el 8 de junio de 2004, ese corazón fue exhumado en la capilla de los Borbones de Saint-Denis. Con él quedaron definitivamente enterradas todas las dudas. El niño mártir de la Revolución Francesa recibió, 209 años después, una sepultura digna. En ese acto, también quedó enterrado un sueño platense. El Acido Desoxirribo Nucleico había puesto punto final a una quimera. Con tan feo nombre destruyó una hermosa leyenda y la ilusión platense de que el Ing. Pedro Benoit, diseñador de la ciudad de La Plata y de su bella Catedral, fuese un hijo de Luis XVII, es decir, Luis XVIII.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
Multimedia

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$670/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$515/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$515.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4065.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla