Locura de los hinchas de Ford

Como hormigas ante un helado derramado en el suelo, los fanáticos de Ford envolvieron el auto de Omar Martínez tras la caída de la bandera de cuadros en la entrada a la técnica del autódromo “Roberto Mouras” de La Plata, donde el entrerriano, instantes antes, se había asegurado el título de campeón de Turismo Carretera, once años después de su primera conquista. Extirpó el gentío al piloto de la unidad número 7 que se quedó con la victoria en la capital bonaerense, y levantó en andas de su ídolo antes de consagrarlo en el podio con el levantamiento de la Copa de Oro. Para eso habían llegado hasta el Mouras pese al calor abrasador, para vitorear al nuevo campeón, el que amagó varias veces con el retiro, el que finalmente no tomó esa decisión y el que quizás intuía que su destino le tenía preparado esta ¿última? consagración. “Estoy muy feliz porque pasé momentos complicados sin resultados y el automovilismo da revancha”, sostuvo el “Gurí” con un hilo de voz y los ojos vidriosos, instantes después de recibir el invalorable reconocimiento de Guillermo Ortelli. El saltense, referente de Chevrolet, séxtuple campeón de TC, dejó a un lado las insignias, aplaudió a su colega y nuevo monarca, y le dio un sincero y afectuoso abrazo tras la carrera que ambos pelearon hasta las últimas vueltas. “Uno podría estar bajo del auto disfrutando esto, a lo mejor ya va a venir todo eso. No quiero emocionarme, a lo mejor mis hijos no se acordaban cuando salí campeón y vivir esto, no sé como explicarlo”.