Sinestesia: la realidad de las representaciones sensoriales
| 21 de Junio de 2015 | 00:13
Ya en la Antigüedad, filósofos griegos como Aristóteles y Pitágoras especularon con que debía existir alguna correlación entre la escala musical y los colores del arco iris.
Newton relacionó cada tono de la escala musical con cada uno de los siete colores primarios del espectro. Con el paso del tiempo, aclarar las relaciones entre la música y las imágenes siguió siendo un tema recurrente en las artes, la ciencia y la filosofía.
La pintura comenzó a experimentar con técnicas completamente innovadoras cuando artistas de Alemania, Francia, España, Italia y Rusia se inspiraron en las formas abstractas de la música para tratar de lograr un lenguaje propio; de la misma forma que surgieron músicos como Debussy que se inspiraron en imágenes y pintura para componer.
María José de Córdoba, profesora del departamento de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada, explica que “la sinestesia se ha conocido a través del arte, por la literatura, la filosofía, la pintura y la interrelación entre ellas”.
De Córdoba es autora, junto a un equipo de profesores de la UGR, del libro “Sinestesia, los fundamentos teóricos, artísticos y científicos”, en el que los investigadores reúnen su experiencia en el estudio de este fenómeno perceptivo.
Además de su labor como docente, es artista, y su obra creativa se ha desarrollado a través de la facultad sinestésica que posee. De su trabajo relacionado con el estudio del Arte, explica que investiga “qué es lo que hay de real o no en la conexión creatividad-sinestesia”.
En este trabajo de investigación, realiza varios test entre sus alumnos “para saber qué tipo de posibles capacidades sinestésicas tienen; un test de originalidad, que es un aspecto de la creatividad y un test de programación lingüística, porque entiendo que los que son sinestésicos también utilizan en su lenguaje una programación, un sistema de representación sensorial sinestésico”.
Del resultado de estos test, la profesora realiza una comparativa y determina varias categorías entre los alumnos que son posibles sinestésicos y comprueba “los que no lo son, cuáles son más creativos y cuáles son los que tienen ese sistema de representación sensorial a través del lenguaje sinestésico”, señala.
“Esto me sirve a mi para fomentar a través del concepto de la sinestesia las múltiples inteligencias que tienen mis alumnos, porque la mayoría dicen que sí experimentan una serie de sensaciones, pero no son conscientes de ellas hasta que yo no les hablo de qué es la sinestesia y su utilidad en el proceso de creación. Mi trabajo consiste en hacer pasar del inconsciente al consciente todo ese tipo de percepciones multisensoriales que ellos tienen”, subraya la educadora.
La sinestesia, de esa forma, se transforma en el artista en una herramienta de trabajo. Como subraya De Córdoba: “Cuando ellos son conscientes de que experimentan esas percepciones, utilizan ese tipo de información para poder enriquecer sus obras. Evidentemente, también fomentan el hecho de continuar siendo más conscientes sobre lo que perciben. Ellos mismos descubren que la sinestesia tiene muchas categorías, distintas intensidades, y que la mayoría son de corte conceptual”.
La sinestesia abre un abanico de posibilidades, porque, de acuerdo a lo que dice la docente, “cuando experimentas una sensación con muchas más etiquetas sensoriales resulta ser más rica”.
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