Por una intervención óptica el Obelisco quedó sin punta

Por NICOLAS ISASI

Quien haya pasado por el centro porteño el fin de semana pasado, quizás haya notado algún cambio. Y no era para menos, ya que la punta del obelisco literalmente había desaparecido. La gente sacaba fotos, pero no se trataba de un recuerdo turístico. Ni siquiera se trataba de extranjeros retratando la típica postal. Eran los propios argentinos los que se sorprendían ante semejante escena surreal.

Con solo alzar la cabeza, podía distinguirse la ausencia de la punta del mítico monumento aún a la distancia. Las personas comentaban, señalaban y con sorpresa se asomaban las cabezas de los autos para observar esa imagen única. La realidad es que la punta no se había derrumbado, nadie se la había robado, ni tampoco estaba en restauración como algunos afirmaban al pasar. La punta sigue firme en su lugar a 67 metros de altura como de costumbre desde el año 1936. La presunta ausencia se debe a una intervención óptica del artista argentino Leandro Erlich.

Quien haya ido a La usina del Arte, complejo cultural ubicado en el barrio de La Boca a metros de la Autopista Buenos Aires-La Plata, habrá notado otra de las obras del mismo artista que llama mucho la atención. Allí dentro se encuentra una emblemática obra de Erlich adaptada al contexto barrial portuario (la original se presentó al este de Londres en una casa victoriana), donde los espectadores pueden jugar entre los pisos de un conventillo de Caminito en el suelo y por un sistema de espejos, pueden tomarse fotos como si realmente estuvieran colgados de un balcón o trepados sobre el techo de la vivienda.

En este caso, la intervención pertenece a una obra llamada “La democracia del símbolo” que empieza con la ausencia del ápice del obelisco mediante una ilusión óptica con espejos y finaliza con su reconstrucción fidedigna y en escala en la puerta del MALBA (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires) con motivo de su 14° aniversario, cumplido el domingo 21 de septiembre. Allí los espectadores pueden entrar a ese lugar inalcanzable en la realidad, para observar aquello que se ve por cada una de sus ventanas.

Como era de esperar, las fotos y comentarios en las redes sociales fueron uno de los grandes temas del fin de semana, con ironías tales como: “¿Se rompió el obelisco?” o “miren hasta dónde llegó la inseguridad en la Argentina”. En palabras de Erlich: “Me gusta pensar que la obra es un lugar de encuentro, de intercambios (…) no es magia, ni tampoco es ilusión: es arte”.

Erlich es un artista conceptual de 42 años, representante de nuestro país en la Bienal de Venecia en 2001 y en 2005. Sus trabajos forman parte de prestigiosos museos, galerías y/o exposiciones abiertas alrededor del mundo en ciudades como Tokio, Abu Dabi, Venecia, Shangai o Nueva York, por mencionar solo algunas. Entre sus próximas obras, desde fines de septiembre hasta principios del año próximo, se encuentran “Lille 3000, Renaissance”, “25 ans de la Galleria Continua” y “Nuit Blanche 2015” en diversos puntos de Francia. En algunos años, al caminar por el centro porteño y mirar para arriba, alguien recordará el día que el obelisco perdió su punta.

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