Una custodia “muy débil” en Gral. Alvear

Nuevos detalles sobre la evasión de Lanatta y compañía

A medida que se conocen nuevos detalles de la increíble fuga de General Alvear, se afirman las sospechas sobre algún tipo de complicidad con los prófugos.

Se supo ahora, por ejemplo, que en uno de los puestos de control de la cárcel esa noche debía haber tres guardias, pero había uno solo. Pero no era uno cualquiera. Era el único guardiacárcel que, por motivos religiosos, está impedido de portar armas. Reducirlo fue demasiado fácil para los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci.

Pero no es el único dato que describe una custodio muy vulnerable en el penal durante la noche de la fuga. El encargado de la seguridad externa de la cárcel era un joven que acaba de cumplir 21 años. Se llama Ramiro Toleres y casi no tiene experiencia. Obtuvo el título de técnico superior en ejecución penal en diciembre de 2014, y poco tiempo después fue asignado a la Unidad 30 de General Alvear.

Esa noche, Toleres era “comandante de guardia y oficial de servicio”, según se desprende de la declaración del ex director de la cárcel, el prefecto mayor (EG) Manuel Guebara.

Toleres fue el segundo rehén que tomaron los Lanatta y Schillaci en su fuga. Lo encontraron en el sector de conserjería, en la antesala de un túnel de unos veinte metros que atraviesa el muro y por el cual se accede a los pabellones, el Salón de Usos Múltiples (SUM) y el sector de Sanidad, donde estaba alojados los evadidos. Cuando el guardia fue auxiliado, se encontraba “en el piso, amordazado y atado de manos y piernas”.

La seguridad de la cárcel de Alvear, como en otras tantas unidades penitenciarias bonaerenses, está en crisis por falta de recursos humanos y materiales. De hecho, voceros oficiales admiten que muchos chicos “cumplen funciones que no deberían por falta de presupuesto”. Hay más de 20 mil postulados para ingresar al sistema pero, aunque las fuentes oficiales aseguran que se deben cubrir 2.500 vacantes, la escasez de recursos impide que se complete el personal.

RECIEN RECIBIDO

Otro ejemplo de la precaridad del penal es el caso del otro rehén: quien estaba a cargo de la custodia de los hermanos Lanatta y Schillaci, en el sector de Sanidad. Luciano Sabat es también un oficial adjutor, el rango más bajo en el escalafón de la jerarquía penitenciaria. También se recibió hace un año pero cuenta con experiencia en otras unidades.

Sabat, que al igual que Toleres es uno de los ocho penitenciarios pasados a disponibilidad preventiva, fue el primer guardia tomado como rehén por los evadidos.

Según fuentes del caso, lo amenazaron con un arma, le quitaron un manojo de llaves y lo golpearon.

En su cuenta de Facebook publicó una foto en la que aparece con el ojo izquierdo morado. A él lo encerraron en la celda de los fugitivos.

Los hermanos Lanatta y Schillaci llegaron al sector de Sanidad en agosto, autorizados por la jueza de Ejecución Penal de Mercedes, Marcela Otermín. A pesar de una primera negativa del Servicio Penitenciario, que argumentó no ser un lugar seguro, por la insistencia de la magistrada se colocó allí una cámara de seguridad monitoreada por un agente las 24 horas y finalmente fueron trasladados a ese sector.

En el Servicio Penitenciario explican que los tres presos fugados formaban parte de un listado de cerca de 1.200 con “causas sensibles” que poseen un “alto control” ya que cualquier cosa que les ocurriese cobrarías fuerte notoriedad. Sin embargo, la madrugada del 27 de diciembre, lograron escapar.

Ejecución Penal
General Alvear
Marcela Otermín
Servicio Penitenciario
Usos Múltiples
Víctor Schillaci

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE