Vidal y Massa, en zona de tironeos y tensiones

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

La política bonaerense vive momentos de definiciones, con la Legislatura como centro de discusiones. Se negocia la reformulación o no de la alianza de gobernabilidad sellada el año pasado entre el oficialismo de Cambiemos y el opositor Frente Renovador que lidera el diputado nacional Sergio Massa. La resolución de ese tironeo puede signar el año electoral que tiene por delante la administración de María Eugenia Vidal.

El macrismo se enfrenta a una disyuntiva que, ya el año pasado, apenas asumió la mandataria, se antojaba inevitable: volver a asociarse con quien será un seguro rival de mucho peso propio en las elecciones de medio término, que para el gobierno son cruciales. Tan importantes que ningún vocero oficial se anima a adelantar cómo sería el escenario político si el oficialismo no sale airoso del desafío.

Después de un año del massismo al frente de la Cámara de Diputados bonaerense, el lugar pasaría ahora a manos de Cambiemos

Hay mucho ruido por estos días en el mundillo político. Se supone que luego de todo un año en el que el renovador Jorge Sarghini condujo la Cámara de Diputados de la Provincia ahora llegó el turno de hacer un enroque para que Cambiemos tome esas riendas y el massismo “baje” a la vicepresidencia más importante del cuerpo.

Fue un año de un acuerdo tenso pero que se cumplió: el FR colaboró con su número para aprobar leyes importantes para el gobierno de Vidal, como las varias emergencias votadas, un endeudamiento millonario, ciertas reformas administrativas y demás.

Debería ser fácil si se cumple la palabra empeñada. Pero en política siempre hay imprevistos. Y muchos cruces de intereses diversos que hacen que el ruido entre Vidal y Massa aumente en estas semanas en las que el gobierno se dispone a enviar el proyecto de presupuesto para el 2017 (más de 520 mil millones de pesos) y un nuevo pedido de endeudamiento millonario.

Nunca se reconocerá en público, pero fuentes del FR admiten que hubo, acaso en un exceso de optimismo, cierta insinuación de Massa para mantener a Sarghini –o a alguien de su espacio- en la presidencia de la Cámara baja. El actual vice y futuro titular, el vidalista Manuel Mosca, saltó como un resorte ante la pretensión.

Tuvo en Federico Salvai, el ministro de Gobierno de Vidal, un compañero ideal para torear a los massistas agitando la versión de que se analizaba en Palacio la idea de que la vicepresidencia primera de la Cámara baja (que tiene una lapicera tan importante como la presidencia) recayera finalmente en una de las tribus del justicialismo legislativo y no en el Frente Renovador. Dato: no existe hoy una figura partidaria que conduzca a las casi 40 almas de origen peronista que votan en Diputados –divididas en varios bloques- por lo que la tarea, de llevarse adelante, tampoco sería fácil. Habría heridos, seguramente.

Habría dado resultado la jugada: en el massismo legislativo sienten el golpe. “Vidal está jugando demasiado a ´matar´ a Massa”, admitió una fuente del bloque del FR, donde definen a Mosca como “un muchacho muy ansioso”. Suman al inventario, además, la proliferación de fotos de altos funcionarios nacionales y provinciales de Cambiemos con intendentes peronistas del conurbano.

Fuentes de Cambiemos que no están en la rosca legislativa admitieron a este diario que acaso lo ideal sea administrar una transición ordenada entre las nuevas autoridades de la Cámara baja y las salientes y asegurarse los números para aprobar el Presupuesto y el endeudamiento. No es lo que se vive hasta ahora.

Pero lo que también puso nerviosos a los massistas fueron las versiones de que el macrismo estaría si no fogoneando al menos aplaudiendo la entrada en la carrera electoral bonaerense del año que viene del ex ministro Florencio Randazzo, algo que él no ha confirmado ni siquiera en reuniones privadas. “El Flaco tampoco unifica a todo el PJ de la Cámara baja”, analizó un observador de la cuestión, quien no cree además que Vidal termine cambiando la lógica de la alianza legislativa actual para volcarse hacia el peronismo tradicional.

No es nuevo lo que pasa. Es un juego de tensiones que siempre termina siendo favorable para el que mejor sepa administrarlas.

Se especula con un encuentro entre Vidal y Massa para resolver cara a cara los tironeos de estos tiempos

Reunido con su mesa chica provincial, Massa ordenó la semana pasada que se mantenga la calma y que no se exteriorizen más peleas. Decidió esperar. Con acuerdo o no, sabe que tiene un número de diputados suficiente como para dañar al oficialismo o, si se repite la historia de 2016, para ayudarlo. Son 20 legisladores propios. Y podrían sumarse a esa cuenta los 4 del GEN de Margarita Stolbizer, hoy su socia política.

Es casi seguro, aunque no se sabe cuándo, que Vidal y Massa resuelvan el tironeo cara a cara. Se espera en ambos espacios una reunión entre ellos, si se impone el criterio de revitalizar el acuerdo aún vigente. Acaso sea importante para ese encuentro el papel que juegue el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, que fuera uno de los verdaderos responsables del pacto sellado a fines de 2016.

Larreta es amigo personal de ambos y, en el caso de la gobernadora, una suerte de mentor político ya que ella se inició trabajando a su lado.

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