Desgarro del diafragma
| 30 de Octubre de 2016 | 02:57

Por DR. NORBERTO FURMAN
Doctor en kinesiología y fisiatría
El diafragma es un músculo delgado y aplanado que actúa como una membrana que divide el tórax del abdomen, o sea que separa el corazón y los pulmones de las vísceras abdominales. Su estructura es muscular y aponeurótica con forma de cúpula, similar a una carpa de circo, y que se sostiene desde nuestro esqueleto, específicamente desde el esternón (a la altura de la boca del estomago), desde las ultimas costillas y de la columna vertebral cerca de la zona renal.
El diafragma es el principal músculo que interviene en la respiración (desciende en la inspiración y asciende en la expiración), colabora activamente en la tos, el bostezo, la risa, el llanto, estornudos, vómitos, digestión y en la defecación y fíjese la importancia que tendrá que solo el diafragma y el miocardio son los únicos músculos del cuerpo que trabajan permanentemente desde antes de nacer y lo continúan haciendo a lo largo de toda la vida del individuo.
Este músculo esta literalmente atravesado por distintos elementos nobles que pasan por orificios bien definidos de los cuales los más importantes son por los que pasan el esófago y la aorta.
El desgarro espontáneo de diafragma es una afección poco estudiada y para nada tratada dentro del arsenal terapéutico de la medicina o la kinesiología, de no haberlo sufrido personalmente, no hubiera profundizado en el tema, pasando desapercibido como tantas otras enfermedades de las que nunca nos enteramos que existen.
Esta afección confunde profundamente porque aparenta una lesión abdominal grave y que no es tal, el paciente siente dolores muy particulares, similares al recorrido de un cinturón, mayormente del lado derecho del abdomen, duele la zona del riñón, el hígado, la vesícula y el estomago; por lo general aumentan las molestias en la última hora de la tarde y se acompaña de falta aire al inspirar, alteraciones del apetito con disminución del peso corporal y sensación de saciedad (sentirse satisfecho) con los primeros bocados, taquicardia, nauseas, inquietud, depresión y en ocasiones, alteraciones del sueño; el problema mayor surge cuando todos los estudios que se le realiza al paciente son normales lo cual preocupa aún más al individuo y desorienta al profesional tratante.
El desgarro espontáneo se puede originar simplemente por vómitos violentos, caída hacia atrás o algún acceso brusco de tos prolongado.
Los tratamientos para esta afección son varios debido a que también son varios los síntomas del individuo; como en todo desgarro las aplicaciones de hielo son un aliado invalorable, las que aplicadas correctamente alivian significativamente; para los dolores puntuales de las inserciones en esternón, costillas y columna se tratan con láser y otro tipo de fisioterapia; para la lesión del orificio por el que pasa el esófago que es el lugar más difícil de acceder, se realizan aplicaciones de infrasonido con una aparatología de última generación.
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