Cuando fue noticia como “héroe”

Néstor Monzón fue protagonista de varios artículos periodísticos, casi siempre deportivos, con excepción de una crónica de agosto de 2002, cuando rescató de las llamas a una mujer en un edificio del Centro.

Ocurrió durante un incendio en un edificio situado justo enfrente del Gimnasio La Protectora, donde Monzón trabajaba entonces como entrenador.

Desde ese lugar, el ahora imputado y un compañero observaron que había gente atrapada por el fuego y decidieron ayudarlas. “Estábamos en el club. Cuando nos asomamos al balcón vimos que se estaba incendiando algo. Salimos corriendo y tocamos timbre en el edificio. Primero intenté derribar la puerta pero no lo logré. Pero el que sí pudo fue mi compañero y, cuando consiguió abrirla, el fuego comenzó a expandirse”, contó Monzón en una crónica de entonces.

“Una de las señoras prendió todas las hornallas del departamento y se roció con kerosene. La que sacamos nosotros estaba bastante mal”, recordó. Y le pidió a los periodistas que aclararan “que el Tae-Box salva vidas”.

Monzón dijo que tomó consciencia de lo que había hecho varias horas más tarde.

“Lo que hice fue una locura. Ahora, un poco más tranquilo, pienso que me tendría que haber quedado mirando cómo hizo la mayoría de la gente. Salí del club sin pensar en lo que estaba por hacer”, contó, admitiendo que sintió “mucho miedo”.

“Todavía no sé bien porque reaccioné así. Creo que lo hice por instinto”, declaró aquella vez como el héroe del momento. Ayer, ante el fiscal Marcelo Martini, prefirió guardar silencio. Cuentan quienes lo vieron que ya no tiene la impronta de aquel hombre de hace 14 años.