Un embudo educativo: sólo ocho carreras concentran a la mitad de los ingresantes

La UNLP tiene 111 carreras, pero casi todos eligen las mismas, un fenómeno que se profundiza

Por CARLOS ALTAVISTA

Se desarrollan nuevas áreas de estudio. Los avances tecnológicos en sí y aplicados a diferentes disciplinas, las energías renovables, la educación y los desafíos que enfrenta en un mundo cada vez más interconectado y complejo, son algunas de las principales apuestas de los países desarrollados en materia de enseñanza superior, ya desde hace tiempo. En nuestra Región se sigue un camino inverso. No sólo las carreras tradicionales continúan hipnotizando a la inmensa mayoría de los jóvenes que se anotan en la Universidad, sino que ese fenómeno se acentúa año tras año. ¿Por qué?

“Porque son las que siempre tienen una salida laboral “asegurada” y el visto bueno de la sociedad. Es decir que en la mayoría de los casos se dejan llevar por lo que a la sociedad le parece bien y no por lo que ellos realmente quieren estudiar”, opina Javier Saracho Andrade (20), de San Francisco Solano e ingresante a Música con orientación en Piano. “En el secundario no se recibe una buena información de todas las carreras que ofrecen las universidades, por ese motivo, la mayoría elige las más conocidas”, apunta Javier Santiso (18), de Berisso y alumno de Ingeniería Aeronáutica, tras aprobar el ingreso anticipado que dicta la facultad de 1 y 47 entre septiembre y noviembre.

Mandatos sociales y desinformación. Precisamente dos de los elementos que subraya, a la hora de analizar la problemática, el equipo de la cátedra de Orientación Vocacional de la Facultad de Psicología e integrantes del Centro de Orientación Vocacional y Ocupacional de esa unidad académica. Aunque no son los únicos.

Pero antes de entrar en el análisis de los especialistas, vale la pena poner la cuestión en números. En 2010, Derecho, Medicina, Arquitectura, Psicología y Periodismo concentraron el 31,2% del total de ingresantes. Cinco carreras -entre tradicionales y “de moda” en algún momento pero ya consolidadas como masivas- de más de 100 que dicta la UNLP, recibieron casi un tercio de las planillas de inscripción.

Tres años después, en 2013, esas mismas disciplinas fueron elegidas por el 34% del total de aspirantes. Y este año, pese a que el número general de inscriptos creció y fue récord (27.614), las 5 carreras en cuestión acapararon nada menos que al 40,1% de los nuevos alumnos. Si se suman las “económicas”, aunque en 6 y 48 se dictan tres carreras clásicas, ese porcentaje sube al 49% exacto.

Profesionales que hace muchos años trabajan apoyando a jóvenes en la construcción de su proyecto de vida, resaltan la desinformación como elemento clave del fenómeno que los lleva a 4 ó 5 carreras como si cayeran por un embudo, y enfatizan que esa falta total de información no se reduce a la oferta educativa, sino que abarca “lo que los distintos campos laborales implican como tareas concretas”, dicen quienes se desempeñan en el Centro de Orientación Vocacional de Psicología y, como docentes, en escuelas secundarias.

“Los chicos que consultan al iniciar su 6º año, en el primer semestre, vienen con mucha más disponibilidad, ganas de investigar opciones y tiempo para pensar e informarse. No obstante, la mayor demanda se da en el segundo semestre de 6º, ya con menos tiempo y menos atención porque también están abocados al cierre de su secundario. Llegan con la necesidad de elegir “algo”, subrayan. Es el fenómeno “volví de Bariloche y tengo que elegir una carrera porque tengo que ir a la Universidad”. De hecho, mental y madurativamente, muchos pasan del micro al aula de una facultad.

Los expertos puntualizan que “otro campo que les resulta incierto es el de sus propios intereses. No diferencian entre qué les interesa para desarrollar profesionalmente y qué los atrae sólo para actividades secundarias o hobbies. La carrera tradicional también puede resolverles esa cuestión”.

Acotan que “si bien la oferta académica es cada vez es más variada, las salidas laborales de muchísimas carreras no son “aparentemente” tan claras como las de las clásicas, ya que implican un recorrido más personal e incierto. Y frente a la incertidumbre, las conocidas, que cumplen con dos cuestiones que en el imaginario social son fundamentales: ser “universitarias” y “garantizar la salida laboral”.

Información, y no sólo en 6º de secundaria, sobre profesiones y también oficios, sobre trabajos y campos laborales, evitaría en parte la famosa frase “no era lo que esperaba”, que lleva a un desencanto temprano.

 

Datos

31,2%
Fue el porcentaje de inscriptos en 2010 en sólo 5 carreras: Abogacía, Medicina, Arquitectura, Periodismo y Psicología

40,1%
Es el porcentaje de alumnos que esas carreras concentraron este año

CARLOS ALTAVISTA
Ingeniería Aeronáutica
Javier Santiso
Javier Saracho Andrade
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