El presidente Macri llegó a la Patagonia donde pasará dos semanas de vacaciones
| 26 de Diciembre de 2016 | 02:56

El presidente de la Nación, Mauricio Macri, descansa en Villa la Angostura, provincia de Neuquén, después de arribar ayer al mediodía en el avión presidencial Tango 10 al aeropuerto de San Carlos de Bariloche, desde donde se trasladó en helicóptero hasta la cercana ciudad neuquina.
La llegada a la región del mandatario nacional se produjo una hora después del fuerte sismo registrado en el sur de Chile y que se sintió en Villa la Angostura, San Martín y Junín de los Andes, aunque sin consecuencias.
La familia presidencial estará alojada en el complejo de cabañas Cumelén, el mismo lugar donde pasaron la Navidad y el Año Nuevo en 2015, hasta el 8 de enero próximo, cuando emprenda el regreso a Capital Federal.
Cumelén es un barrio privado ubicado a tres kilómetros de Villa La Angostura, en la ruta a Bariloche.
También descansa en esa ciudad del sur neuquino la reina de Holanda, la argentina Máxima Zorreguieta, junto a su esposo el rey Guillermo y sus tres hijas, quienes llegaron al país en la madrugada del sábado en un vuelo especial de KLM, la aerolínea holandesa.
EN LOS PILETONES
Macri había visitado el sábado pasado el comedor Los Piletones, de Margarita Barrientos, acompañado por su esposa, Juliana Awada, y su hija, Antonia, además de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y funcionarios porteños, para llevar sus saludos por la Navidad y en una recorrida que suele realizar todos los años en esta celebración.
El Presidente llegó a Los Piletones, comedor ubicado en el barrio de Villa Soldati, con su familia y autoridades nacionales y del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Barrientos recibió a Macri y a sus acompañantes, y juntos recorrieron la calle Plumerillo, y se sentaron a una mesa en la que esperaban termos para compartir mate, y empanadas.
En su cuenta de Twitter, el jefe de Estado publicó una foto en la que se lo puede ver con un niño pequeño, mientras bromea con Antonia, su hija, ante la mirada de Barrientos y Awada.
“Ya es una tradición familiar. Las cosas buenas no hay que cambiarlas, hay que cambiar lo que está mal”, había adelantado el Presidente al hacer referencia a ese comedor donde se sirven todos los días 2600 platos de comida como contención para casi mil chicos y 500 adultos de bajos recursos.
Más tarde se sumaron al encuentro el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y Guadalupe Tagliaferri, ministra de Desarrollo Humano poteña
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE