Pionero y referencia de la infectología en la Ciudad

Fallecido en 2014, fue un profesional reconocido en el país y el exterior que abrió caminos en su especialidad

Emilio Cecchini fue un pionero y una referencia permanente de la Infectología en la Ciudad. Nacido en Ciudadela, se radicó en Tolosa desde muy chico e hizo toda su carrera en La Plata, aunque su prestigio fue reconocido en todo el país y aún fuera de las fronteras argentinas.

Sus investigaciones en el campo infectológico lo convirtieron en un uno de los científicos más respetados a nivel nacional y especialistas de todas las disciplinas médicas lo consideraron sinónimo de Infectología y fuente permanente de consulta.

De chico soñaba con ser director de orquesta o aún jugador de Estudiantes, el club de sus amores. Pero tras cursar el secundario en el Colegio Nacional, optó por la medicina iniciándose en el ejercicio de la profesión como pediatra.

Entre su época de estudiante y el año 1991 se desempeñó en el Hospital de Niños de La Plata, Más tarde se especializó en Infectología pediátrica, convirtiéndose en pionero en esa especialidad en la Región.

Sus primeras investigaciones abordaron el campo de la Infectología en niños, para más tarde volcarse a la Infectología general en paciente quirúrgicos, traumatológicos, inmunocomprometidos o con patología prenatal. Y sus conocimientos se nutrieron de su experiencia en las terapias intensivas, donde las patologías infecciosas se vuelven críticas.

Se desempeñó como jefe de Infectología dl Hospital de Niños, del Centro Oncológico de Excelencia y fue fundador y presidente de la Sociedad de Infectología de La Plata.

A esta trayectoria sumaba una importante tarea docente como profesor titular de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la UNLP, titular de Epidemiología y profesor nacional de la Escuela de Graduados de la Asociación Médica Argentina. Fue director del Instituto Universitario de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata y escribió alrededor de diez libros médicos de su especialidad.

Quienes lo conocieron de cerca destacan su modestia, su bajo perfil, su amor por la filosofía y las artes y sus características que lo convertían en un humanista en toda la acepción del término.

Sus compañeros más cercanos lo calificaron como melómano apasionado, lector empedernido y viajero incansable a destinos sobre todo poco tradicionales y aventureros, como distintos países del Africa o el Amazonas.

Luego de algunos años de perfeccionamiento en el exterior, fundamentalmente en los Estados Unidos, en 1971 volvió a operar al sanatorio privado Güemes de la mano de su amigo el cardiólogo Luis de la Fuente

Estas características lo convirtieron en alguien muy querido y admirado allí donde se desempeñaba y muy valorado además por sus conocimientos y su trato humanitario.

Cecchini fue reconocido como Ciudadano Ilustre de la Ciudad y la rambla de la calle 14 entre 65 y 66 lleva su nombre.

Alguna vez, en diálogo con este diario expresó algunas de sus ideas referidas a la medicina, una profesión que desarrollaba con el concepto de la actualización permanente.

“Mucha gente se ha hecho a la idea de que el ser humano es inmortal. Entonces, cuando una persona muere piensan que tiene que haber sido culpa de alguien. Muere un enfermo y la culpa la tuvo el tratamiento médico. Pero no es así, el hombre no es inmortal. Yo tomé siempre a la muerte como un fenómeno natural. Creo que para ser buen médico hay que pensar así”, decía desde su casa en la calle 532.

También destacaba la influencia negativa que en los últimos tiempos tiene internet en el ejercicio de la medicina.

“Desde que está Internet hay una mayor presión y una mayor agresividad sobre los médicos. La gente lee en Wikipedia sobre la enfermedad de su familiar y llegan a la consulta con esos conocimientos que a veces son correctos y otras no lo son. Pero a partir de ellos forman reclamos y toda clase de demandas”.

Como infectólogo que dedicó su vida a luchar contra virus y bacterias, Cecchini tenía un gran respecto por aquellos que combatía y así lo expresó oportunamente a este diario

“Los microorganismos son inteligentes. Tienen un poder de adaptación tremendo. Hacen permanentes intercambios genéticos. Y si bien es cierto que el avance de la medicina prolonga a vida de muchos pacientes, no debe desatenderse la cuestión de la sobrevida comprometida siempre por nuevas infecciones”

Emilio Cecchini había nacido el 25 de enero de 1928 y falleció el 5 de junio de 2014. Desde entonces se le rindieron distintos homenajes para recordar a quien fuera un pionero y referente de la Infectología en la Región. Mientras tanto, algunos de sus libros son considerados referencia insoslayable para los especialistas en Infectología de los países de habla hispana.

Asociación Médica Argentina
Centro Oncológico
Ciudadano Ilustre
Colegio Nacional
Enfermedades Infecciosas
Estados Unidos
Instituto Universitario
La Plata
Universidad Nacional

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE