Ansiedades, especulaciones y conflictos de pareja “por causas del WhatsApp”
| 25 de Abril de 2016 | 01:53

Con los celulares, localizar a alguien se volvió mucho más fácil que en los tiempos de la telefonía fija. Claro que esta posibilidad también deja grietas por donde escapar: la falta de batería, la poca señal y el “no escuché” se transformaron en excusas ideales para evitar comunicaciones inoportunas o indeseadas.
Pero con WhatsApp se abrió un nuevo abanico de posibilidades comunicativas. Pese a sus beneficios, esta aplicación (que permite enviar mensajes gratuitos) cuenta con características potencialmente conflictivas, que suelen desencadenar especulaciones, ansiedades, tensiones y conflictos.
De hecho, según un estudio que realizó CyberPsychology and behaviour Journal, al menos unas 28 millones de parejas se habrían separado a causa de cuestiones relacionadas con el WhatsApp.
¿Cuáles son sus características más polémicas o, al menos, las más utilizadas como leña para avivar la hoguera?
Primero, la aplicación permite ver si la otra persona está “en linea” o la hora de su última conexión. Lo que anula la posibilidad del “no miré el teléfono”, equivalente al “no escuché”.
En segundo lugar, la doble tilde gris indica que el mensaje llegó a su destino. De manera que queda sin efecto el “estaba sin señal”.
Por último, la doble tilde azul funciona como señal de que el destinatario abrió el mensaje y, puede suponerse, lo leyó.
Estas características del WhatsApp invalidan las excusas más utilizadas para justificar la “no respuesta”. Y, como era de esperarse, miles de usuarios -que en un principio habían reclamado la confirmación de lectura, pero después de probar el sistema decidieron que mejor no- levantaron sus quejas.
Frente a la demanda de sus clientes, en la última actualización (obligatoria) de la aplicación, la empresa agregó una opción que permite desactivar la “confirmación de lectura”, para que quienes se sientan incómodos frente a esta función tengan la libertad de suprimirla. Esta posibilidad se sumó a la de ocultar el horario de conexión, que ya había sido añadida (también a pedido de los usuarios) en una actualización anterior.
Pero en los hechos el problema no se resuelve de forma tan sencilla o, al menos, no sin traer consigo algunas consecuencias: en principio, si alguien no permite que los demás vean el horario de conexión y desactiva la confirmación de lectura, tampoco puede ver “lo que hacen” los demás. En este sentido se podría decir que es “ley pareja”.
Entonces, el principal inconveniente de “ocultar” los movimientos frente al resto parecerían ser las especulaciones a las que da lugar. Cuando alguien opta por desactivar estas funciones, muchos otros probablemente se pregunten ¿por qué será?, ¿qué tendrá para ocultar?, ¿cómo se manejará? Desde esta óptica parecería no haber escapatoria y son muchos y muchas quienes se tensionan.
“Por invadir la privacidad de sus usuarios, ha provocado más de un dolor de cabeza”
“Con WhatsApp la intimidad del receptor queda abolida. Ya no puede decidir libremente si contestar, no contestar, cuánto pensar la respuesta, esperar o ignorar el mensaje. Las estrategias que son comunes en el intercambio entre personas amenazan con desaparecer”, señala Sergio Zabalza, psicoanalista especializado en internet, y agrega: “Por invadir la privacidad de sus usuarios, ha provocado más de un dolor de cabeza”.
El especialista destaca lo inquietante que suele resultar para las personas el hecho de que los dispositivos tecnológicos revelen detalles de las micro decisiones diarias.
Para Raúl Martínez Fazzalari, abogado especialista en informática, esta aplicación tiene la particularidad de elevar enormemente los niveles de ansiedad: “Uno tiende a pensar: si lo leyó, por qué no contestó. O si el mensaje le llegó una hora antes de su última conexión por qué no lo leyó”, comenta. Por otro lado, señala que estos dispositivos nos van acostumbrando a la inmediatez y generan mayor impaciencia. “Vamos perdiendo la costumbre de esperar”.
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