Abrieron un kiosco hace menos de un mes y ya lo robaron tres veces

Un matrimonio de la localidad bonaerense de General La Madrid tiene a su hijo estudiando en La Plata. Son jubilados y decidieron poner un kiosco en 12 entre 38 y 39, para organizarse una nueva actividad (y también estar cerca del joven). La apuesta no parece ser redituable por estos días: el 1º de abril abrieron y desde entonces ya les entraron a robar tres veces.

La última de esas fue el domingo a la madrugada. Eran alrededor de las 4 cuando los ladrones (se supone que al menos fueron dos) llegaron hasta el negocio. Intentaron forzar la puerta de vidrio con una palanca pero al final hicieron estallar el cristal.

Nadie oyó esa rotura ni los pasos de los delincuentes revisando el comercio. Todavía no había alarmas en el local, por eso los intrusos estuvieron a sus anchas para elegir qué mercaderías llevarse.

Al parecer arrasaron con la mayoría de lo que había en exhibición porque, según consta en la denuncia, sustrajeron cigarrillos, chocolates y elementos de almacén. Fuentes policiales dijeron que el valor de todos esos elementos sumaba en total 10 mil pesos.

Ese es casi el mismo valor de lo que los comerciantes deberán pagar para emplazar un nuevo vidrio en el frente, que vale 9 mil pesos, según calculó el dueño, que prefirió mantener su identidad en reserva.

Además les quitaron máquinas elementales para trabajar: una balanza electrónica y la cortadora de fiambres. Algunas fuentes sospechan que ya habrían sido revendidas a un costo mucho menor al original.

Para colmo, la fachada del negocio estará durante varios días con la protección provisoria de una madera, hasta que llegue el envío de la vidriería. Lo que planean instalar luego son rejas y un sistema de alarmas que ya fue encargado. Los costos para el matrimonio siguen en alza. “Ahora vamos a acorazarnos”, ironizaron.

preocupacion en el barrio

Aunque abrieron el negocio hace menos de un mes, ya fueron víctimas de la delincuencia en otras dos oportunidades más, que se cometieron también bajo la modalidad de entrar por la madrugada y forzando los accesos con barretas. El último de ellos fue la semana pasada.

“Nos dijeron que el barrio era lindo”, se lamentó la pareja. En realidad, lo que padecen está vinculado a que cada pocos días sufren un nuevo asalto.

Claro que no son los únicos en la zona que la pasan mal por este tema.

Trascendió por comentarios que en los últimos días irrumpieron de la misma manera en dos negocios de 42 entre 12 y 13.