Urge dotar a la periferia y al cordón productivo de calles y caminos en buen estado
| 5 de Abril de 2016 | 02:49

No es un secreto que muchas calles del distrito, en especial aquellas de la periferia, se encuentran cercanas a un verdadero colapso, con un pésimo estado de conservación que revela la existencia de incontables deficiencias y de la carencia de un plan de bacheo adecuado.
Desde luego que a la falta de mantenimiento durante largo tiempo, a la mala calidad de los materiales con que fueron realizadas las pavimentaciones y a la ausencia de una ejecución en los trabajos que hayan contemplado la presencia de cordones, se suman el paso de vehículos de alto porte, en una situación que acelera el deterioro de las calzadas.
Justamente, acerca de varias cuadras intransitables a lo largo de la calle 10 fue que reclamaron vecinos de Villa Castells, en donde enormes baches hoy cubiertos de agua, virtualmente impiden una circulación normal de los vehículos, tal como se detalló en la nota publicada en este diario. El problema llega a tales extremos que las ambulancias y muchos medios de transporte dejaron de transitar por esas cuadras.
Tal como ocurre en otros vecindarios, los pobladores pusieron de relieve que en varias oportunidades llegaron cuadrillas de operarios que rellenan con tierra y algún material seleccionado los baches, pero que en pocos días -ya sea por el intenso tránsito de vehículos o por las lluvias- la reparación desaparece y todo vuelve a estar como antes.
Este panorama ciertamente deficitario y común a distintas zonas del distrito se ve también agravado por la falta de nuevos e integrales planes de pavimentación, que prevean e incluyan la extensión de redes de servicio, así como por los deficientes programas de mantenimiento.
Como se sabe, la provincia de Buenos Aires sufre también por estos tiempos una especie de colapso de su red caminera, tanto de jurisdicción nacional como provincial. Fuentes oficiales han reconocido que más del 70 por ciento de esa red necesita urgentes trabajos de refacción y aún de reconstrucción, en un marco de escasez de recursos para financiar las obras, mientras crecen los reclamos vinculados a las dificultades que esa situación genera para el transporte de la producción agropecuaria hacia los centros de exportación o de consumo, y mucho más grave todavía, con relación a los riesgos de graves accidentes que generan las rutas poceadas cuando no virtualmente
Lamentablemente, nuestra ciudad no ha sido una excepción. Las quejas vecinales por el mal estado de las calles se han venido multiplicando, en especial desde aquellos barrios cuya población y número de viviendas no deja de crecer. Pero también debieran atenderse las protestas por parte de aquellos productores del Gran La Plata, obligados a desarrollar sus actividades sin redes viales que facilitan sus muy sacrificados emprendimientos. En este sentido, se han conocido insistentes reclamos de los productores frutihortícolas en las últimas dos décadas.
Dista de ser éste un problema de los últimos tiempos. Pero no debiera aguardarse más, desde las áreas responsables de todas las jurisdicciones involucradas, para iniciar los planes que apunten a rescatar la existencia de diagramas camineros confiables.
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