Renuncias y ruidos en el gabinete
| 15 de Mayo de 2016 | 01:47

“Si le va mal a la gestión nos va mal a todos”, dicen que dijo el intendente Julio Garro el viernes, al convocar a una mayor participación en la gestión a dirigentes del PRO, del radicalismo y de la Coalición Cívica en lo que fue el tercer encuentro de la alianza local de Cambiemos. Un rato antes, en la privada de la Intendencia el secretario de Hacienda y Finanzas del municipio, Claudio Moyano, presentaba su renuncia provocando un fuerte revuelo en la administración local.
Moyano dejó su función para volver a la Asesoría General de Gobierno, donde había trabajado hasta el 10 de diciembre, en medio de rumores sobre su malestar con el desarrollo de la gestión local. Su lugar, ahora vacante, había sido uno de los más deliberados en la confección del gabinete y su designación obedeció a la entonces fuerte influencia del ex diputado provincial Fernando Rozas en las decisiones de Garro, que en marzo se enfrió de golpe.
Más allá de las versiones que sugieren los posibles motivos del desgaste, la dimisión es la primera por parte de un secretario en el gabinete local. A principios de año el jefe comunal había admitido que en marzo podría haber modificaciones en su equipo, aunque hablaba de cambios programados que luego parece haber dilatado. Sin embargo, la salida súbita y ruidosa de Moyano fuerza los enroques en esa área clave, en medio del conflictivo debate por la rendición de cuentas que la semana que viene se plasmará en el Concejo Deliberante.
PEDIDO DE PARTICIPACION
Apenas un rato después de haber sido presentada formalmente, la renuncia casi pasa desapercibida en el almuerzo del Club San Luis, donde los comensales se enteraron de la noticia en el final. En esta tercera convocatoria, además de legisladores, concejales y funcionarios, Garro logró sentar a la mesa a la representación completa de las PASO de Cambiemos: Sergio Panella y Claudio Pérez Irigoyen esta vez no mandaron emisarios y acudieron en persona, casualmente poco después de que ambos comenzaran a diferenciarse públicamente de la gestión.
El intendente les explicó sus proyectos y les pidió “apoyo y participación” en una mesa política que comenzará a reunirse asiduamente. Sentados uno junto a otro, los radicales escucharon y desde sus distintos sectores realizaron similares planteos: los de la necesidad de una mayor conducción política, una clara dirección programática y acciones de contención social en los barrios. En este último sentido, Panella ha lanzado fuertes críticas.
En líneas generales, la comida fue interpretada como un gesto de apertura y contención, aunque entre los invitados abunda la prudencia: “Hay que ver cuánto de lo discursivo se traduce en hechos concretos”, concluyen por bajo. Las diferentes vertientes que integran la UCR local se ven, además, atravesadas la previa de las internas partidarias de agosto, que podría encontrarlas unidas o enfrentadas, condiciones clave para una posterior negociación electoral con el PRO.
Mientras tanto, en dos semanas esperan volver a encontrarse para el análisis de propuestas y opiniones, en una etapa en la que parece ponerse a prueba el efectivo funcionamiento de la alianza oficialista.
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