Espacios para ganar calidad de vida
| 22 de Mayo de 2016 | 01:22

Los vestidores son una de las reformas más demandadas en los últimos tiempos y una opción arquitectónica que supone un punto de lujo y glamour muy exclusivo.
Un vestidor pegado a la habitación impresiona e impacta. Es síntoma de orden y cuidado. Pero hay una máxima que en muchas ocasiones no se tiene en cuenta y puede acabar suponiendo una gran incomodidad. Se trata de un espacio muy personal, donde debe prevalecer el orden.
ORGANIZACION
Para un vestidor, lo más importante para pensar a la hora del diseño es cómo distribuir el espacio. Básicamente, las formas de organizar el mobiliario de un vestidor debe ser simple. Una sola pared está compuesta de armarios. Es la forma más sencilla y más común cuando el vestidor está dentro del dormitorio, pero también cuando la habitación destinada a ella es pequeña.
Otra opción es en forma de L, para cuando no se cuenta con una habitación propia y se ha decidido integrar el vestidor en el dormitorio.
Permite, además, crear dos espacios separados, por lo que es perfecto para una pareja, pero también para una sola persona que decida tener, por ejemplo, la ropa a un lado y los zapatos a otro.
Esta distribución permite, además, crear dos espacios separados, por lo que es perfecto para una pareja, pero también para una sola persona que decida tener, por ejemplo, la ropa a un lado y los zapatos a otro.
Otra propuesta es la forma de U, que tiene la ventaja de ser la que más lugar de almacenamiento ofrece y la ideal para espacios amplios. Sin embargo también hay que tener en cuenta la distribución de puertas y ventanas. Por último otra alternativa son una serie de armarios de tableros de fibra lacados en blanco se oponen unos a otros, dejando un espacio central que permite moverse con comodidad por la habitación.
ABIERTOS Y CERRADOS
Otra duda al momento de construir un vestidor es si se lo elige abierto o cerrado. Ambas opciones tienen ventajas e inconvenientes por lo que la decisión final dependerá de lo que te resulte más importante en cuanto a la funcionalidad.
Las ventajas de un vestidor abierto es que permite tener toda la ropa controlada de un solo vistazo. Visualmente es más atractiva, porque la ropa da color a tu habitación. Al no tener puertas es más adecuado para espacios pequeños.
Sin embargo, también tiene algunos inconvenientes. El principal es que la ropa puede llenarse de polvo más fácilmente. Además, al estar todo a la vista, no es apto si sos desordenada.
En tanto, los vestidores con muebles cerrados ofrecen la ventaja de que resguardan mejor la ropa del polvo. Además te permiten, si estas puertas no son transparentes, aislar totalmente la ropa, tanto física como visualmente, de tal forma que es una opción ideal cuando se integra la zona de vestidor en otra habitación.
Por otro lado, si no se tiene mucho espacio pero aún así el armario puede tener puertas, se puede optar por las corredizas, aunque esto impedirá tener todo el armario abierto a la vez.
La otra duda es qué conviene, si barras, cajones o estantes. En general los expertos sugieren tener un poco de todo. Los cajones son más útiles para los complementos o elementos más pequeños, como lencería, medias, pañuelos, cinturones, etc. Los barrales son imprescindibles, porque hay mucha ropa que necesita ser colgada.
Y los estantes también son importantes, pero, eso sí, se debe emplear en forma práctica y no utilizar los que tienen peor acceso, es decir los superiores se deben reservar para la ropa que no se emplea en forma cotidiana, como ser los de la estación anterior (verano o invierno) se deben ubicar en los lugares más elevado. Y los de uso diario más al alcance de la mano.
Y en el vestidor no puede faltar el espejo. Sea colgado en la pared, formando parte de las puertas o independiente, el espejo es uno de los protagonistas fundamentales de esta habitación. Si bien es cierto que los espejos independientes no son los más prácticos en cuestión de espacio, si son los más llamativos.
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