Trampas urbanas: riesgos diarios en calles platenses
| 28 de Mayo de 2016 | 02:40
Ser peatón es una rutina de riesgo. Las calles platenses, se sabe, están minadas por decenas de escollos urbanos que los transeúntes deben evitar a su paso y de los que, por distracción y falta de advertencias, cualquier caminante puede convertirse en inesperada víctima.
La lista de situaciones que suelen derivar en accidentes en el casco urbano local es interminable: tapas de medidores sueltas, árboles y postes inclinados, pozos en las veredas, rampas deterioradas, filtraciones que forman “lagos”, aberturas por obras inconclusas, desniveles por las raíces de los árboles, canteros en mal estado, carteles rotos y cableados sueltos, son verdaderas trampas y desnudan desidia en el mantenimiento urbano.
Cada una de ellas representa un riesgo para la integridad física de los vecinos, en especial para los adultos mayores y los discapacitados, quienes encuentran numerosas barreras urbanas para desplazarse por La Plata. Puestas a prueba a cada paso por la falta de tapas en los medidores o las alcantarillas, las personas no videntes están en riesgo cotidiano al moverse por la vía pública.
También forman parte de este inventario mamposterías que están a punto de caer de un balcón, maderas precarias con las que se procuran tapar pozos profundos, volquetes colocados sobre las veredas o vehículos indebidamente estacionados.
Los signos también se advierten en las aceras heridas por obras inconclusas y pérdidas de agua, olvidadas en el paso del tiempo. Por caso, Felisa Massello contó que en 72 entre 132 y 133 hay una filtración a la altura del 1877 por la que ya se formó un resbaloso verdín que desafía a quienes caminan por la cuadra. Es apenas un ejemplo de una situación que multiplica en el casco urbano, a juzgar por los 1.200 casos que registra el mapa virtual de las pérdidas de agua del que ya dio cuenta este medio.
En 520 y 139, casi en la esquina, se ve un profundo pozo junto al cordón de la vereda, apenas “señalizado” con un improvisado palo y una bolsa plástica que colocaron los propios vecinos. “Ya hemos pedido que lo tapen, pero sigue así. Ya se ha caído gente y le puede pasar a cualquiera”, dijo Marcelo Paz, un vecino de la zona.
Casi a diario se suman reclamos por los postes de luz a punto de caer, la mayoría por falta de mantenimiento y corrosión de sus bases. Ayer, por caso, frentistas denunciaron que pese a los numerosos reclamos, un poste con tensión sigue reposando sobre una casa en calle 682 y diagonal 620.
No pocos vecinos han reclamado por la cantidad de autos que se arrumban frente a las comisarías, lo que obliga a los peatones a bajar a la calle para poder avanzar.
Por lo general la situación se complica en las horas de la noche, cuando la luz es más escasa y ese tipo de obstáculos se esconde en la oscuridad sin que sea fácil que resulte advertido.
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