Los docentes, una pieza clave en la prevención de los casos de acoso escolar
| 3 de Mayo de 2016 | 02:47

El fenómeno del acoso escolar, que se presenta en los colegios cuando un alumno es hostigado verbal o físicamente por otro, se ha reflejado ahora a través de preocupantes referencias ofrecidas por especialistas en el tema, quienes advirtieron que el número de casos del denominado “bullying” viene aumentando en las escuelas bonaerenses.
Tal como se detalló en la nota publicada en este diario y en el marco del día mundial de la lucha contra el bullying se destacó que la Asociación Ciudades Sin Bullying realizó un relevamiento en 1.700 escuelas secundarias de la provincia de Buenos Aires, según el cual cuatro de cada 10 chicos de entre 13 y 16 años son víctimas del bullying.
Los expertos advierten desde hace tiempo que el denominado “bullying”, tal como se conoce a este tipo de intimidación, se caracteriza por la agresión física, verbal o social entre los niños, que puede generar en quien la padece enfermedades físicas y psiquiátricas como depresión, fobia escolar, ansiedad y trastornos de aprendizaje
Los especialistas, que solicitaron no banalizar el tema sino darle visibilidad con respeto, madurez y compromiso, consideraron necesario abordar este delicado tema desde la prevención y estar atentos a los cambios y reacciones que se registran en jóvenes y adolescentes. Luego de considerar que el bullying no significa que los chicos vivan en una selva de maltrato, destacaron que sí se puede hablar de búsquedas intimidantes para humillar a un compañero o de tratos descalificatorios mutuos cuando existen respuestas agresivas. Desde la asociación Antibullying se destacó que el bullying siempre existió en los colegios, aunque ello no significa que sea considerado como normal o deseable para la formación de los chicos.
Resulta claro que no se está frente a un problema menor sino ante un fenómeno que puede convertirse en fuente de graves trastornos en chicos en edad escolar. Por lo tanto, resulta fundamental que los docentes tengan herramientas para detectar a tiempo esta problemática y para percibir cuáles son aquellas actitudes que exceden la normalidad para convertirse en formas de acoso u hostigamiento.
Según los especialistas, los episodios de bullying, por lo general, ocurren en los pasillos de la escuela, en el recreo o en el micro escolar, donde no haya un maestro o adulto que pueda observar la situación que puede ser un hostigamiento físico, verbal o social. Sin embargo, hay formas de detectarlo aun cuando no ocurra a la vista del docente.
La agresión puede ser pegarle al chico hostigado, tirarle las cosas, hacerle zancadillas, robarle tareas o útiles, tirarle objetos, ensuciarlo o atarlo. También puede ser de índole verbal mediante sobrenombres o insultos que pongan en evidencia defectos físicos y por último de origen social al ignorarlo, inventar historias falsas, contar intimidades, no invitarlo a reuniones o no sentarse con él.
Lo importante es que a este problema se le asigne la importancia que verdaderamente tiene, sin minimizarlo ni considerarlo una “cosa normal entre los chicos”. Para abordarlo también se necesita una especial capacitación porque, muchas veces, la intervención de los adultos suele agravar las cosas.
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