Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
El Mundo |ENFOQUE

Otras mujeres le abrieron el camino a la ex primera dama

10 de Junio de 2016 | 02:55

Hillary Clinton dio un paso histórico al convertirse en la primera mujer candidata presidencial de uno de los dos grandes partidos de EE UU, pero muchas labraron antes ese camino en un país poco igualitario cuando se trata de cargos políticos. Después de notables casos aislados de mujeres que durante el siglo XX fueron pioneras al alcanzar el Gobierno de sus países, como la israelí Golda Meir, la india Indira Gandhi, la islandesa Vigdís Finnbogadóttir y, en el caso de Argentina, María estela Martínez de Perón y, más recientemente, Cristina Fernández, hoy por hoy la elección de mujeres es normal en buena parte del mundo, como pueden testificar Alemania, Dinamarca, Chile, Brasil, Liberia o Corea del Sur.

La primera economía mundial sigue rezagada en lo que respecta a igualdad en cargos electivos y ocupa, según datos de la Unión Interparlamentaria, el puesto 97 mundial en porcentaje de mujeres legisladoras, con un 20%, muy por detrás de países como España (40%) o los líderes en este ranking: Bolivia y Ruanda, con el 50%. El camino que Clinton inició en EE UU y que podría culminar con la elección presidencial el 8 de noviembre, comenzó en 1874 cuando Victoria Woodhull se postuló a la Presidencia por el Partido de la Igualdad de Derechos. Hace casi 140 años, Woodhull tuvo la osadía de presentarse a unas elecciones en las que no podía ni votar por sí misma, ya que el sufragio femenino no fue garantizado por la Constitución estadounidense hasta 1920. Woodhull, que se convirtió en la primera propietaria de acciones en Wall Street años antes, denunció en su campaña la esclavitud sexual de la mujer y la falta de libertad para determinar su futuro en asuntos como el divorcio. Encarcelada tres días antes de los comicios por “indecencia” en su encendida defensa de la igualdad ante el hombre blanco, fue condenada al ostracismo.

En las décadas posteriores, varias mujeres intentaron asumir posiciones de responsabilidad política, algo que al principio solía recaer en esposas de senadores fallecidos. En 1964, Margaret Chase Smith fue la primera mujer en aspirar a la candidatura presidencial por un gran partido cuando se presentó a las primarias por el Partido Republicano, de las que al final se retiró. Shirley Chisholm abrió ese mismo camino en 1972 en las primarias demócratas, con el aditamento de ser la primera afroamericana que buscaba la nominación presidencial en la convención de uno de los grandes partidos, donde obtuvo más de 150 delegados. Desde entonces, varias mujeres exploraron sus opciones presidenciales en partidos minoritarios y en las presidenciales de este año ya hay dos candidatas oficiales a la Casa Blanca: Jill Stein, del Partido Verde, y Gloria La Riva, del Partido por el Socialismo y la Liberación. Pero hasta la llegada de Clinton ninguna mujer se había proclamado (a la espera de que lo confirme la convención del partido en julio) como candidata presidencial de una de las formaciones de este sistema bipartidista.

Una de las pioneras en buscar la nominación demócrata, Patricia Schroeder, quien lo intentó en 1988, comentaba esta semana la importancia simbólica del paso dado por Clinton para convertirse en la primera mujer presidenta de EE UU. “La Casa Blanca era la última barrera que mantenía el cartel de ‘no se permiten mujeres’ y vamos a acabar con eso. No sé por qué hemos tardado tanto. Tal vez se deba a la falta de una tradición como la de las monarcas mujeres”, señalaba Schroeder en entrevista con MSNBC. De todos modos, EE UU progresa muy lentamente en la elección de mujeres a puestos de alta responsabilidad política. De los 50 estados, sólo 6 están gobernados por mujeres; mientras que los Legislativos estatales mantienen mejores porcentajes de participación femenina que el Congreso federal, donde sólo un quinto son mujeres.

Pese a todo, las cosas parecen condenadas a cambiar, especialmente en un Congreso dividido desde 2010 en el que las legisladoras de ambos partidos demostraron ser las mejores constructoras de consenso e incluso las más trabajadoras. En la gran nevada de enero pasado, que obligó al cierre de gran parte de las oficinas de Washington, pasó casi inadvertido que cuando muchos disfrutaban de un día libre, todos los que fueron a trabajar al Congreso pese al temporal eran mujeres.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
Multimedia
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$670/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$515/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$515.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4065.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla