Avanza la topadora en Pinamar y se transforma el paisaje de las playas
| 11 de Junio de 2016 | 22:12

Es jueves al mediodía y una garúa helada y gris hace bruma en la arena. El mar parece un horizonte de naufragios y lo único que a esas horas y en esa playa tiene vida son las piquetas y retroexcavadoras que acumulan montañas de escombros contra las dunas.
De pie frente a esas ruinas de la que sobresalen hierros y cascotes gigantes, el empresario y ex intendente Rafael De Vito contempla las montañas bajo el ruido ensordecedor de las máquinas y el viento y sonríe con una tristeza que hace juego con el tiempo. Hasta hace unos días, en ese mismo lugar se levantaba el que había sido su balneario y acaso uno de los más emblemáticos de Pinamar: Cocodrilo, una edificación con 33 años de historia que tenía restaurante, carpas, sombrillas, canchas de papi fútbol, una pileta enorme y hasta una galería comercial. Hoy no quedó nada, sólo escombros.
“Es imposible no estar triste –dice De Vito-. Esto es un pedazo de mi vida. Pero bueno, la vida también tiene etapas y Cocodrilo cumplió una. Ahora hay que darle paso a los nuevos tiempos”.
Los nuevos tiempos, como dice, es lo que por estos días busca representar el Plan de Reconversión del Frente Marítimo y cuyo objetivo es bien claro: recuperar espacio y para eso demoler los 46 balnearios que se levantan a lo largo de 22 kilómetros de costa que incluyen, además de la de Pinamar, las playas de Ostende, Valeria del Mar y Cariló.
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