Quince metros de seda con los colores patrios

Por HERNAN LUNA (*)

Como secuela de las manifestaciones públicas hechas en Buenos Aires el 1 de mayo de 1936 por extranjeros comunistas, anarquistas e izquierdistas de diversas agrupaciones, y fuera de las violencias registradas en esas manifestaciones callejeras en las cuales se quemo la bandera argentina, se amargo profundamente el corazón de los argentinos, ante los agravios inferidos a nuestro símbolo nacional por ese accionar irracional y violento

Un grupo de ciudadanos con espíritu argentinista, prescindiendo de todo color político, reunidos en casa del doctor Ricardo Alberdi, comentando con desagrado y pena las manifestaciones tan denigrantes que habían contemplado el 1 de mayo, tuvieron la idea de desagraviar el símbolo patrio regalando en nombre de la juventud argentina una bandera a la Municipalidad para que se la honrase en los días magnos, lo que se hizo el 20 de junio de 1936, día aniversario de la muerte de Manuel Belgrano, su creador.

Adquirieron esa bandera en la tradicional Casa Vaca, de calle Pellegrini ente Santa Fe y Arenales, con aportes de jóvenes argentinos, quienes a su vez fueron el alma de los sucesivos desfiles secundarios y universitarios, ¡oh tempora, oh mores!

La bandera era de gross de seda, de quince metros de largo y con un sol bordado con hilos dorados que pesaba, el sólo, ocho kilogramos.

El cofre que la guardaba fue construido en el Arsenal de guerra Esteban de Luca, para lo cual debieron pedirle autorización al entonces coronel Francisco Reynolds, su jefe. Las medidas de ese cofre eran de 2,30 mts. por 2,30 mts. y 0,50 de altura.

Constaba de cuatro cristales y en los costado se colocaron ocho manijas de bronce provenientes de la fundición de un cañón usado por el ejército del Alto Perú, comandado por Belgrano. Se le adhirió una placa que decía: “Al general Belgrano homenaje de la juventud argentina de Buenos Aires en el 116º aniversario de su fallecimiento y como creador de la Bandera Nacional”.

El 20 de junio de 1936, con entusiasmo patriótico, se llevó a cabo la ceremonia de la entrega de la bandera, con la presencia del presidente de la Nación, ministros, gobernadores y ante la fervorosa adhesión popular. Se la enarboló en el mismo sitio donde fue izada por primera vez en Buenos Aires, el 12 de agosto de 1812, en la antigua iglesia de San Nicolás de Bari. Se eligió el 20 de junio, precisamente, para recordar la triste y solitaria muerte de su creador.

En el acto, y en representación de las Fuerzas Armadas, hablaron, por el Ejército, el general Francisco Guido Lavalle y, por la Marina, el contraalmirante Enrique Fliess, lo hizo por el clero monseñor Andres Calcagno y por la juventud argentina, el doctor Ricardo Alberdi.

La bandera había sido bendecida el día anterior -19 de junio- al pie del mausoleo del general Belgrano por el arzobispo de Buenos Aires y primer cardenal argentino, Santiago Luis Copello, asistido por monseñor Daniel Fuigeroa y el presbítero Fossatti. Apadrinaron la bandera los estudiantes María Beatriz Videla, alumna de la Escuela Nacional de Comercio Manuel Belgrano, y José Victorica, alumno del Colegio Nacional Manuel Belgrano. Asistieron a la ceremonia el intendente municipal Dr. Mariano de Vedia y Mitre y los secretarios Amilcar Rassori y Atilio DellÒro Maini, cadetes de la Escuela Naval y del Colegio Militar, y efectivos del Regimiento 3 de Infantería General Belgrano.

Reunidos en la casa del doctor Alberdi, quedó resuelto, mediante acta, presentar un proyecto de ley al Congreso, para lo que se comisionó al diputado nacional Daniel Videla Dorna. Tal proyecto fue tratado inicialmente el 7 de junio de 1938 por el Senado, ocasión en que fue objetado por el senador Rothe, quien observó que hacer de todos los 20 de junio feriado nacional era introducir muchos días de fiesta en el almanaque y propuso que se festejase el primer domingo después de ese día. Sin embargo los senadores Sánchez Sorondo, Eguiguren, Landaburu, Palacios, Arenas y otros votaron favorablemente.

Luego fue tratado por la Cámara de Diputados el 9 de junio de 1938. El diputado Solari propuso el tercer domingo de junio de todos los años para evitar muchos días de feria. Los diputados Biancofiori, Ravignani y Osorio propusieron aprobar el proyecto tal como se presentó. Así se convirtió en Ley Nº 12.361, promulgada por el presidente Roberto M. Ortiz y su ministro Diógenes Taborda.Y quedó materializada la feliz idea. Simple idea que pudo haber sido concebida por una niña o uno de los tantos buenos extranjeros que enaltecieron esta patria con su trabajo y esfuerzo.

Y que mejor que cerrar estas palabras recordando aquel auténtico Demóstenes argentino, poeta, legislador, educador, dramaturgo que fuera Belisario Roldán, cuando dijera su magnifica Oración a la Bandera, rezo cívico del pueblo argentino, y que comienza así: “Asuma el verbo sus majestades más altas; inspírelo la República, y brote del labio, en cláusulas opulentas de unción y verdad, el himno a la bandera de la Patria … ¡ Hela ahí, eterna como los cielos que trasunta , inmutable como la soberanía que representa, serena como la nacionalidad que simboliza, a la vez triunfal y benigna …; hela ahí, ondeando jubilosa en su armonía tricolor de firmamento y sol, más sagrada que todos los lábaros del mundo, ¡ arriba los corazones para escuchar esta verdad inmensa ¡, más sagrada que todos los lábaros del mundo , porque jamás tremoló sobre el dolor de los vencidos sin recoger al mismo tiempo la bendición de los libertados … ¡ hela, ahí, magnifica de anterioridades, porque cuando nació tal fue de solidaria para con los oprimidos y de castigo para los opresores, tal de americana su misericordia, que era como si los Andes fueran su asta y todo el cielo su trapo … ¡ Salve, bandera de la patria, hija de la libertad y madre suya ; lábaro sacrosanto impregnado de unos fulgores que traducen a la vez la altura de la precedencia y la altura del destino; síntesis de una historia de redenciones y altiveces tales que más que la pluma para contarla fuera lo propio templar los laúdes para cantarla! … Salve bandera de la patria! …”

 

(*) Presidente del Instituto Federal Belgraniano. Vicepresidente del Instituto Belgraniano de la Provincia de Buenos Aires

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