Nuevas evidencias sobre la relación entre el consumo de drogas y la violencia delictiva

Hace ya muchos años que esta columna analiza con preocupación los datos acerca de la estrecha relación existente entre el consumo de drogas y el delito –por demás conocida en la justicia penal y en la de menores- en una situación que, más tarde, se agravó al tomarse conciencia de que la creciente agresividad con que se vienen cometiendo muchos delitos es resultado también de la ingesta previa de sustancias que, como el paco o la cocaína, incrementan la dosis de violencia que emplean los delincuentes cuando actúan bajo ese influjo.

Ahora, como dato reciente, puede mencionarse un sondeo realizado demostrativo de que, para los argentinos, las drogas son la causa principal que explica la mayor violencia con que se cometen muchos delitos. Tal referencia surge de una encuesta nacional realizada por la Fundación UADE y Voices, cuyas cuyos resultados y principales conclusiones fueron publicados en la víspera por un medio metropolitano. Allí quedó establecido que el 30 por ciento de los encuestados señaló a las drogas como determinantes de la agresividad y mayor crueldad con las víctimas de delitos.

Como factores a tomar también en cuenta, en el sondeo surgió que la falta de trabajo (21 %) y la pobreza (16 %) son causas que generan una mayor violencia, mencionándose luego a la falta de educación, los problemas familiares, la falta de efectividad policial, la legislación poco estricta y el consumo de alcohol como causas menores pero que también inciden.

El sondeo de las dos entidades se realizó en mayo último y abarcó a un universo de 1.002 personas mayores de 16 años de edad.

Cabría recordar que en fecha reciente se realizó una investigación que estableció la relación existente entre el consumo de drogas combinadas con alcohol por parte de algunos jóvenes y la actividad delictiva que venían desarrollando, buscándose extraer de ese estudio elementos que sirvan para alcanzar conclusiones valederas, frente a un fenómeno cuya vigencia y consecuencias inquietan.

Fuentes médicas y judiciales de nuestra ciudad aludieron a la necesidad de que se extremen las fiscalizaciones y controles en torno a la venta de psicofármacos en las farmacias, cuyo consumo indiscriminado causa efectos devastadores. También en fecha reciente fuentes médicas del servicio de Toxicología del Hospital de Niños confirmaron que tanto el clorhidrato de cocaína como la pasta de cocaína (paco) se caracterizan por potenciar la agresividad de quien la consume.

En tal sentido, se detalló que en el caso de la cocaína esta situación se produce cuando la persona adicta no puede satisfacer el deseo imperioso de consumo y durante el estado de intoxicación. En el caso del paco, las alteraciones del comportamiento se mantienen después de terminado el consumo.

En cuanto a la relación droga-delito, un trabajo oficial realizado por profesionales de la Provincia sobre más de 9 mil personas que se atendieron por adicciones en centros oficiales de salud detalló que el 13,7 por ciento de esas personas tiene alguna causa penal.

Hace ya demasiado tiempo que se viene advirtiendo sobre el evidente avance del narcotráfico y del consumo de drogas en la sociedad. Y es también cierto que, a partir de allí, se reclama de las autoridades la intensificación de campañas de prevención, para que bajen los índices de adicción y, junto con ellos, los muy elevados y cruentos niveles de violencia que exhibe la actividad delictiva.

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