El papa Francisco llamó a perseguir “intensamente” el lavado de dinero

Además pidió que los bienes incautados sean devueltos a la sociedad

El papa Francisco firmó una declaración en la que llamó a perseguir “intensamente” el delito de lavado de dinero y abogó para que los “bienes incautados a traficantes y criminales” sean devueltos a la sociedad para la “rehabilitación y compensación de las víctimas”, al cierre de un encuentro con jueces y fiscales de todo el mundo.

Al término de la “Cumbre de los jueces sobre la trata de personas y el crimen organizado” celebrada en el Vaticano, se difundió un texto en el que pidió considerar a “la esclavitud moderna, la trata de personas, el trabajo forzado, la prostitución y el tráfico de órganos humanos” como “crímenes contra la humanidad”.

Tras el encuentro del que participaron el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y los jueces federales Sebastián Casanello, María Servini de Cubría, Sergio Torres, Julián Ercolini, Marcos Grabivker y Ariel Lijo, entre cien expositores y unos 30 veedores de todo el mundo, el Papa pidió la “aplicación efectiva del derecho penal” para castigar esos delitos.

La instrumentación del derecho penal, dice la declaración difundida al término de las jornadas organizadas por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, es imprescindible para “erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas modernas de esclavitud y la trata de seres humanos”.

También, prosiguió, para “asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados”.

La declaración de la Santa Sede, suscripta por el sumo pontífice y los participantes que expusieron en las dos jornadas en las que se dividió el evento, se conoció un día después de que Francisco instara a jueces del mundo a no caer en la “telaraña de la corrupción” para impartir justicia en casos de trata y narcotráfico, y a rechazar las “presiones” de los gobiernos y las “estructuras mafiosas”.

DINERO “MAL HABIDO”

Entre los diez objetivos que figuran en el texto, el tercero habla de la necesidad de castigar el lavado de dinero: “Los bienes incautados a traficantes y criminales ya condenados deben ser utilizados para la rehabilitación y compensación de las víctimas, y para la reparación de la sociedad. El delito de lavado de dinero debe ser intensamente perseguido, porque consiste en hacer que los fondos o activos obtenidos a través de actividades ilícitas aparezcan como el fruto de actividades legales”, señaló el escrito.

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