Misterios y puntos oscuros en el asalto de los 11 millones
| 5 de Junio de 2016 | 01:55

No sólo el millonario botín y, la profesionalidad que pusieron de manifiesto los delincuentes, fueron los aspectos más salientes del robo ocurrido el miércoles pasado arriba de la Autopista La Plata-Buenos Aires. También llamó la atención la gran cantidad de interrogantes que, a 96 horas de ocurrido ese cinematográfico episodio, todavía siguen sin poder resolver los investigadores. Al menos, no surgieron pistas concretas -o se encargaron de no darlas a conocer- de que la causa se encuentra encaminada en esa dirección.
Como se sabe, para perpetrar el golpe comando, la banda, que contaba con siete delincuentes armados para ir a la guerra -algunos hablan de 10 hombres-, no sólo debió hacer inteligencia previa.
También, se sospecha, tuvieron que tener acceso a información clasificada, a partir de la presunta complicidad de un empleado infiel.
Sabido que la plata pertenecía a una financiera porteña, pensar que el dato salió de adentro de esa organización, sería una respuesta lógica. Pero los pesquisas consultados por este diario ampliaron esa posibilidad a todos los que, de alguna manera u otra, tuvieron relación con la llamada “ruta del dinero”. Esto es, desde que salieron las cuatro valijas de la casa matriz del Banco Provincia en nuestra ciudad, hasta que se las llevaron los ladrones, en el kilómetro 5,5 de la autovía.
El hecho, de por sí, presenta muchos puntos oscuros.
Por un lado, la forma en que se movieron los 11 millones por tierra, sin transferencia electrónica o contratar un transporte de caudales, que hubiera sido lo más recomendable. En un caso por no tener que sacar un sólo billete del banco y en el otro por contar los más altos protocolos de seguridad.
También hay dudas sobre la participación de dos efectivos, uno del Grupo Halcón y el otro de la Policía Científica de Esteban Echeverría, quienes supuestamente aportaron una custodia ilegal o no autorizada.
También se carece de explicaciones para la presencia de un platense en el lugar de los hechos, cuando, según confirmó en diálogo con este diario, no tenía ninguna vinculación con el mundo de los negocios.
“Por hacer una gauchada, me comí un garrón”, le dijo a EL DIA sin dar demasiados detalles. Ahora, a qué tipo de favor se refería? Era amigo del empleado de la financiera o sus intereses pasaban por otro lado.
Según trascendió, el trabajo de este vecino del barrio La Loma, que pidió que no se brinde su identidad por miedo a represalias, tanto para él como para su familia, tendría más que ver con una actividad fabril. Pero igual, un miércoles al mediodía, estaba en el auto donde llevaban los 11 millones de pesos.
Otro interrogante, todavía sin respuesta, es saber si los delincuentes esperaron la llegada del dinero hasta el puente sobre el Riachuelo, porque estaban convencidos de que en ese punto exacto no había cámaras de seguridad que registrara el asalto.
Ya es de público conocimiento que a lo largo de la traza de la Autopista pusieron múltiples domos y equipos de filmación, pero justo en el kilómetro 5,5 aparecería una zona gris. Casualidad o alta sofisticación operativa? Todavía nadie brindó ninguna respuesta.
La secuencia brutal duró apenas unos segundos y pudo haber terminado en un desastre mayor.
Hubo más de 30 disparos, que atravesaron el parabrisas y las puertas del auto en el que viajaban los policías, quienes, más allá de repeler el ataque, terminaron baleados.
En tanto, las personas que iban en el coche con el dinero fueron golpeadas y, recién liberadas 25 minutos más tarde, tras cruzar casi toda la capital federal.
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