Sin autorización del Vaticano

En el convento de General Rodríguez siguen los misterios. Ahora trascendió que, a pesar de haber sido construido hace 22 años, aún carece de la autorización de la Santa Sede.

De todos modos, explican que sería un monasterio porque tuvo el requisito inicial, que es la aprobación del obispado de la zona. Lo curioso es que ese paso lo llevó adelante monseñor Di Monte, quien fue justamente quien creó esa congregación.

Además, crece la polémica sobre si las religiosas que lo habitan son monjas. Según precisó a Télam el presbítero Mauricio Landra, decano de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Católica Argentina (UCA), las denominadas monjas Misioneras, Orantes y penitentes de Nuestra Señora del Rosario, pertenecen a una asociación privada de fieles que se encontraba en proceso de convertirse en un instituto religioso. Además, aclaró que “los posibles delitos cometidos por algunos de sus integrantes tienen consecuencias legales y deben resolverse en la Justicia como cualquier ciudadano”.

Al ser consultado sobre si es correcto denominar monjas a las mujeres que viven allí, Landra explicó que esa expresión “se utiliza para las integrantes de institutos religiosos que usan hábito y tienen la característica de la vida de clausura”, pero indicó que en este caso sería más preciso llamarlas “consagradas”.

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