Tres nuevos libros donde Badiou se explaya sobre el amor, la ciencia, el arte y la política

En “La filosofía frente al comunismo, de Sartre a hoy”, y también en “Lo finito y lo infinito” y “Nuestro mal viene de más lejos”, el ensayista, docente y dramaturgo francés Alain Badiou actualiza -o despeja- alguna de sus tesis filosóficas, al tiempo que sin dudar propone una interpretación sobre los atentados de noviembre de 2015 en París.

El primero de los libros está publicado por la editorial Siglo XXI; los otros dos, en colecciones flamantes, por Capital Intelectual.

Badiou es profesor emérito en la Escuela Normal Superior de Francia y autor de dos libros clave: “El ser y el acontecimiento” y “Lógicas de los mundos”. Estuvo varias veces en la Argentina y es de rigor recordar que el abogado y ensayista Raúl Cerdeiras -y su revista, Acontecimiento- fue el primero en hacer circular su obra de manera más o menos masiva.

En “La filosofía…”, el francés -discípulo de Luis Althusser, Michel Foucault, Gilles Deleuze y miembro de número, en un principio, de los Cahiers pour l’analyse- recorre su formación intelectual y los conceptos que acuñó y mediante los cuales sigue pensando el mundo o mejor, la política emancipatoria, que dice, “no se agota en el comunismo”.

Badiou se reconoce heredero de Jean-Paul Sartre, acaso menos en sus formas militantes que en la teoría del sujeto. “Durante los primeros años de mis estudios de filosofía, sostuve siempre que la categoría de sujeto era una de las categorías fundamentales”.

“Ante todo bajo la forma de la conciencia libre, que Sartre había desarrollado por ese entonces”. Inmediatamente, se acerca a los jóvenes que rodeaban, a mediados de los 60, al psicoanalista Jacques Lacan, Jacques-Alain Miller, Jean-Claude Milner, entre otros, de manera tal que ese sujeto (el del inconsciente) se transformará en viga maestra de su práctica.

Organizado bajo el formato de dos largas entrevistas, Badiou se explaya sobre el amor, la ciencia, el arte y la política (de ruptura) como esos acontecimientos que inesperadamente rompen el continuo de una vida o del orden social o existencial.

En “Nuestro mal…”, intenta o piensa ciertas cuestiones sobre las causas del fundamentalismo (islámico, en este caso), y parte de un real abrumador, si se permite el oxímoron.

Así, recuerda algunas cifras, propias de la “mundialización”: “El 1 por ciento de la población mundial posee el 46 por ciento de los recursos disponibles. El 10 por ciento de la población mundial posee el 86 por ciento de los recursos disponibles. Y el 50 por ciento de la población no posee nada”.

Por supuesto, esas cifras tienen una causa (eficiente). La concentración de la riqueza en una suerte de oligarquía financiera provoca el estallido de ideologías de masa, orientadas por sectores de la llamada clase media, que impactan en esa zona social y en la más desposeída. Es un nihilismo del mismo signo que el de la plusvalía máxima, pero cultor de otros modales.

Badiou no se escandaliza ni promueve: critica el modo de acumulación capitalista y una vez descartada la coartada tanto del socialismo “real” como de las socialdemocracias, que en su visión carecen de otra política que no sea la del multiculturalismo, piensa en una suerte de fatalidad sin fundamento en la elección fundamentalista.

Nada fácil de erradicar si no hay nada o casi nada que perder. Entre el consumo de drogas y los suicidios masivos o los ataques indiscriminados, existe un maridaje explosivo, que llegó para quedarse y que la sola condena no irá a remediar.

En “Lo finito…”, vuelve sobre una de sus cuestiones clásicas. El sujeto, capacitado para calcular el infinito, podría hacer de lo finito un campo de acción más justo, más provechoso, menos tirano, en tanto sea capaz de pensar su vida y su potencia contra ese trasluz infinito.

Alain Badiou
CAPITAL INTELECTUAL
Escuela Normal Superior
Gilles Deleuze
Jacques Lacan
JeanPaul Sartre
Luis Althusser
Michel Foucault
Raúl Cerdeiras
Siglo XXI

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