López: allanan el convento y secuestran otros dos celulares

Uno es de la religiosa de 95 años y el otro pertenecía al obispo creador de ese monasterio

En la causa sobre presunto enriquecimiento ilícito contra el ex funcionario kirchnerista José López, hubo otro allanamiento al convento de General Rodríguez, donde se secuestraron otros dos teléfonos celulares que había en el lugar donde aparecieron los casi 9 millones de dólares.

Según precisaron las fuentes del caso, se trata de un teléfono Samsung analógico a nombre de la madre Alba Día de España Martínez, la religiosa de 95 años, y un Siemens antiguo que habría pertenecido al obispo Rubén Di Monte (titular de la diócesis Mercedes-Luján) , fallecido en abril pasado.

LLAMADOS SOSPECHOSOS

La investigación sobre los teléfonos secuestrados en la causa, aseguran, permite reconstruir parte de lo sucedido en la noche de la detención de López, con los llamados desde el celular de María Amalia Díaz, esposa de López, al convento y a un aparato de la madre Alba.

Los aparatos secuestrados ahora se suman a otros 9 que el fiscal Delgado mandó a analizar por el cuerpo de investigadores judiciales de la Policía Judicial del ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires.

El juez federal Daniel Rafecas, mientras, ordenó que se le realicen nuevos estudios médicos a la madre superiora del convento aunque un peritaje médico ya asegura que no está en condiciones de ser interrogada (ver recuadro).

Rafecas y el fiscal Federico Delgado intentan reconstruir el vínculo entre López y la madre Alba Día de España Martínez quien, por sus 95 años y su débil estado de salud, podría quedar afuera del proceso judicial.

SEÑALADA POR LAS OTRAS RELIGIOSAS

La madre Alba, superiora del monasterio Nuestra Señora del Rosario de Fátima de General Rodríguez, fue señalada por dos hermanas de clausura como la responsable del vínculo con el ex funcionario kirchnerista y con su mujer Amalia Díaz, quien será indagada el lunes 1 de agosto.

Las hermanas María y Marcela coincidieron la semana pasada al señalar ante el juez Rafecas que fue ella quien les avisó que José López iba ir al convento la noche en la que fue detenido con nueve millones de dólares y un arma en su poder.

El nuevo operativo en el convento fue realizado por pedido del fiscal Delgado quien lleva adelante la parte de la investigación en la cual se analizan los contactos telefónicos entre las monjas que vivían en el monasterio y el ex funcionario kirchnerista.

“Del listado de llamados entrantes y salientes de la línea de la madre Alba surge que, entre la noche del día 13 de junio y la madrugada del 14 de junio de 2016, se comunica con María Amalia Díaz en once oportunidades”, sostuvo el fiscal en uno de sus dictámenes. “Las monjas no se limitaron a monitorear la llegada de López al convento, también lo recibieron y ayudaron a ingresar el dinero a la casa. Se manejaron con mucha tranquilidad teniendo en cuenta que a centímetros de la puerta había un fusil apoyado en el piso de la galería”, agregó.

AGUARDAN TASACION

Según fuentes de la investigación, la tasación de una propiedad ubicada en el Dique Luján (Tigre) y el peritaje sobre los teléfonos celulares, son dos de las medidas cuyos resultados espera la Justicia federal para avanzar en la causa contra López.

El juez Rafecas espera que llegue en las próximas horas a su juzgado el resultado de la tasación de la vivienda en la que vivía el funcionario kirchnerista, estudio que fue encargado al Colegio de Martilleros de San Isidro.

La lujosa vivienda del Dique Luján fue vendida por el contador Andrés Galera al empresario Eduardo Gutiérrez en mayo de 2009 y luego alquilada a López, quien se encuentra detenido desde el 14 de junio.

Tanto el juez como el fiscal Delgado tiene dudas sobre cuál era la verdadera naturaleza del vínculo de López con Galera y Gutiérrez e incluso sospechan que podrían ser testaferros del ex funcionario, según indicaron fuentes judiciales.

Uno de los hechos que llamó la atención de los investigadores fue que López y su mujer María Amalia Díaz gestionaran obras en la vivienda de ubicada en la provincia de Buenos Aires, cuando en ellos figuran como inquilinos.

El arquitecto Federico Curcio, que trabajó en el desarrollo de esa vivienda, declaró en sede judicial: “Galera me presentó a Amalia y yo empecé a darle referencias de las tareas que iba ejecutando o haciendo. También en alguna ocasión almorcé con José López y su esposa por las mismas razones”.

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